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martes, 22 de diciembre de 2009

tan una chica

si hay helado me pongo contenta, siempre, aunque esté triste- todo se me pasa con un cuartito, cucurucho o vasito de chocolate y frutilla- la frutilla, al agua- el agua en general me da sensación de bienestar, venga en formato vaso, lluvia, pileta o mar- cerca de fin de año la paranoia llega a niveles inesperados de altura, pero de pronto agarra y baja, se va y sólo deja un terreno zen lleno de sabiduría- ando odiando un poco a gente que suelo querer- ando queriendo a gente que antes ni fu ni fa- necesito tener millones de sandalias nuevas para sentirme mejor- mi decisión más trascendental para cerrar 2009 es ir a cortarme el pelo- quiero decirle a walter "hacé lo que mejor te parezca" y sorpresa capilar -la certeza de que todo va a salir bien -hay heladerías en todos los barrios <><

sábado, 13 de diciembre de 2008

Cosas que me estresan últimamente:

*Arreglar y definir un lugar para ir a comer con más de dos personas.
*Ver que hay un mail en el Inbox de esa casilla de correo y ese minuto de revuelo estomacal hasta que chequeo que es un spam.
*Que me digan cosas como “te llamo y vemos”, “te mensajeo cuando termino”, “llego entre tal hora y tal otra” o “avisame cuando estás llegando y salgo para allá”.
*Los actos escolares de mi hijo.
*Que el encuentro con alguien tenga que ser que se suba al subte, colectivo o tren en el que yo voy a viajar.
*Los actos escolares de mi hijo que implican algún tipo de participación de mi parte, como confeccionar un disfraz y/o interactuar con esa banda de peluqueras que se hacen llamar respectivamente "maestras jardineras", "directora del establecimiento", "la vice" y "madres de los compañeritos de la sala".
*Que no haya mesa en el restaurante que tanto costó elegir.
*El instante previo a saber si leudó o no la masa del pan y/o pizza que suelo amasar para, justamente, desestresarme.
*Cuando se arma trafico humano en la calle y no se puede avanzar a pie por las veredas de mi barrio, elevando mi ira contenida a la máxima potencia cuando sucede en calle Florida, algún mediodía de semana.
*Que extraños me hablen solidaria y amistosamente buscando algún tipo de complicidad en colas de diversas índoles y/o medios de transporte público.
*Que haya mesa en el restaurante que tanto costó elegir, pero que sea al lado del baño, muy cerca de la puerta o esté ubicada en el medio, sin tocar pared o ventana alguna.
*Que mucha gente se ponga a hablar a la vez, más si mucha de esa gente son chicas, peor si no son mis amigas y ridículamente angustiante si son compañeras de trabajo.
*Combinar y/o arreglar precios de las cosas, valores de servicios prestados o a contratar, horarios de llegada, de salida, tareas que le tocan a cada uno en proyectos conjuntos y el eterno tira y afloje de las obligaciones y derechos cotidianos.
*Sentarme de espaldas a las puertas de calle.
*Fin de año.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Daños colaterales

Yo caminaba inmersa en mi música. PUM para acá, PUM para allá y entonces ventana que me CHAN. Estaba un pibe sentado en un bar de Palermo, detrás de su laptop. Apenas se le veía ese peinado que reconozco y unos dedos como los dedos que salen de manos determinadas. Me quedé ahí parada-quieta-estaca y miré. Me viste. Nos vimos. Una valentía ridícula me llevó hasta la puerta, pero me quedé aferrando el picaporte. Un minuto, dos, tres. No entré. Me fui. Seguí. Me olvidé.
En el camino de vuelta ese bar seguía ahí y la ventana, obstinada, me mostraba lo mismo. Volví a desafiar al picaporte, me temblaba el estómago, esta vez sí entré, se me aflojaban las piernas, caminé derecho hasta la mac plateada, me sudaba la espalda, me mirabas avanzar. Mi corazón jugaba a ser alien tratando de salir por el plexo solar. Te clavé la vista en los anteojos.
Estaba un pibe sentado en ese bar de Palermo, detrás de su laptop. Tenía ese peinado, unos dedos, manos determinadas y levantó una ceja. Era otro que no eras vos. Y yo, que sí era yo, le dije PUM, di un giro gracioso sobre mis talones, acaricié el picaporte de la puerta al salir y volví a zambullirme en mi música. Ruidos y ritmos todos míos me llevaron nadando, como a un pez de colores en un río fresco, directo hasta el sur.

domingo, 19 de octubre de 2008

Boludeces de una

…que la idea de dejarse morir vuelva, ronde, se le ocurra otra vez a los que están tan cerca justo ahora que hay peligro de empatía y el parlamento ese de "dejate de joder, qué pésimo plan" suene ahora de mi boca tan mal actuado... BUENO, se me hace poco casual, como el pasado, que también vuelve aunque no lo haya invitado, se me cuela en los sueños y genera primero nostalgia, después miedo y al final... nada. Nada. Nada de nada. Que hoy no sea nada, que de ellos ya no quede nada, nada de ellos, ellos, los que pensaron antes que nosotras que la idea era buena, ellos, tontos que extraño tanto y que ya no son nada, apenas momentos fuera del tiempo, o imágenes de algo que podría pasar y no pasa porque ya no son más nada. Hay tanta nada. Mucha nada y una sola idea que golpea la puerta aunque no esté invitada, una sola idea que se mete en los pensamientos otra vez como si nunca hubiera sido echada, como si otra vez una fuera aquella otra que ya fue, como si la hermosa meseta de salud mental en la que se declaró a esa idea non grata llegara a un abrupto final y, así y todo, otra vez está acá, tan familiar, tan horrible, tan amable y permeable, como una vieja amiga que me reencontrara por feisbuc diciendo cosas tipo "hola, te acordás de mi, nos conocimos cuando tenías 13, fui con vos a la secundaria, estuve ahí cuando dejaste la facultad y aunque hace tanto que no nos vemos te me apareciste de pronto, te recordé, te extraño, te quiero de vuelta y se viene un gran reencuentro, ya creé un grupo y se anotaron varios, sí... esos que ya sabés". No, no sé nada. Una no sabe qué hacer para parar y entonces no para, sólo parece que para pero no, para qué mentir. Mentir para parar. Para parar. Para-pa-pa-pa-puá.

viernes, 25 de abril de 2008

Otra más

Estoy en lo de Inés, mi depiladora, toda embadurnada de cera caliente. Le suena el celular, pero sé que no va a pasar nada porque ya lo escribí acá. Me relajo, me ubico en una de esas posiciones imposibles que ella me pide y pienso: "Si me llego a acalambrar ahora, estoy en Banchero central, hora pico". Sólo deseo que todo termine para correr (sin pelos) a escribir todo esto y así exorcizar la nueva paranoia que engrosa mi lista de.

jueves, 7 de febrero de 2008

Nueva paranoia para mi enorme colección de:

Estoy en lo de Inés, mi depiladora, toda embadurnada de cera caliente y entonces la llaman al celular. Ella atiende porque tenemos mucha confianza y le dicen que *WEREVER* (inserte acá algo dramático, tipo accidente del hijo o que se le quema la casa). Acto seguido sale corriendo, desesperada, y yo quedo en la camilla forrada de papel barato, pegoteada, en alguna postura impresentable, para siempre.

lunes, 19 de noviembre de 2007

Sueño que se me caen los dientes

Es mi pesadilla recurrente, empieza con una muela floja que al rato está en mi mano y me levanto llena de una angustia tan frivola como existencial. Anoche fue diferente: caían los dientes todos, con encía incluida, y el pensamiento era, mientras miraba con horror mi boca destrozada, "esta vez no es un sueño".

martes, 14 de agosto de 2007

Por cierto (Rándom)

* Puedo asegurar, jurar y demostrar que la amistad entre el hombre y la mujer sí existe, es posible y hasta es mejor que otras.
(Pero eso depende mucho del muchacho en cuestión, claro).

*A los fedes, rafas, gabys, barbys, rodos y guilles, si se los llama por su nombre completo suelen creer que uno está enojado con ellos, o algo así.

*Yo soy de esas que viven creyendo que saben leer los mensajes ocultos en el discurso del otro. Suelo acertar, lo que no colabora nada en realidad: Hace un combo fatal con mi paranoia de base (y ahí es cuando fallo).

lunes, 6 de agosto de 2007

La señora del Laverrap me da miedo

Es una persona que conoce todas mis miserias, que sabe cuántas bombachas ensucio por semana, que puede dar fe del tipo de manchas que padezco.
Es alguien que cada vez que voy a dejar mi evidencia, comenta como al pasar si hay cambios en la cantidad de ropa que suelo llevar, o en el tiempo que dejo pasar entre un lavado y otro. "Qué pasa que traes sólo una bolsa", dice. "Te esperaba ayer", reclama.

Esta mujer, además, me saluda con un beso y modula un "Ho-la-Da-nie-la" cuando hago entrega o paso a retirar.

Me asalta un pensamiento cada vez: ella sabe algo, y me mira como diciendo "yo sé, yo sé". Suelo tropezarme de los nervios ahí adentro, en ese Laverrap tan chiquito y por demás cálido. Me perdió una media negra y me da pudor reclamarla.

lunes, 16 de julio de 2007

Pronóstico actual

Paranoia en leve ascenso, crisis hermitañas durante los próximos días y probable estabilidad temporal ante un frente de bebida espituosa, que podría llegar del Este.










Podrías ir llegando ya del Este, ¿no?

domingo, 11 de marzo de 2007

Una reflexión de domingo, a propósito de una semana agitada, y una duda casi existencial

1. La gente es realmente mala. Mala es poco. Perversa se acerca más al sentimiento de hostilidad que me trasmite últimamente gran parte de la raza humana.

2. Cuando termina un recital y sale la gran manada hacia la avenida más cercana, caminando tan lentamente que uno, en medio de esa pesadilla, no puede más que ver aflorar todas y cada una de sus fobias... Cuando eso sucede, suelo necesitar saber si los que están adelante de todo van del brazo, ocupando de pared a pared las veredas y la calle, gozando de la lentitud de su paso. Yo creo que lo hacen a propósito. Nadie me va a convencer de lo contrario.

domingo, 4 de marzo de 2007

Y no vuelvo más

Entonces marco el número, aunque los dedos se me nieguen, ensayo en mi mente un moderno y despreocupado saludo, llama, respiro hondo, anticipo mi frase demoledora, esa que va a decir tanto en tan pocas palabras y atiende. Atiende pero no puedo terminar de escuchar su “hola” que una gota de instinto de supervivencia me hace cortar. Le corto, sí. Voy al baño, me peino, me miro al espejo, me lavo los dientes maniáticamente, me seco la cara y pienso que fui tan cobarde, que lo mejor es decirle y llego a creerme capaz de hacerle entender, en una sola frase, que me perdió. Vuelvo a discar ese número que ya me sé de memoria, suena una, dos, tres veces y pum, otra vez le corto. Justo antes de salir a la calle, con destino a un viernes a la noche, tres ideas me golpean como un rayo de luz después de un largo encierro:

1) No quiero esto para mí, 2) aunque me cueste admitirlo, con 33 años de vida finalmente me convertí en esa inexplicable loca que llama y corta y 3) la entiendo, juro que la entiendo.

miércoles, 14 de febrero de 2007

Sólo un cuartito de una de ellas me hizo dormir. Amarilla, chiquitita, deshecha en miles de pedacitos al cortarla. Tan mona.
Apenas una puntita cada noche me regularizó el sueño y la respiración, me sacó la opresión constante y hasta empecé a llevar una vida más sana, ordenada, y compré frutas, verduras, gasté una pequeña fortuna en el mercado y no lo lamento.
Está mal visto escribirle una oda al Clonazepán, seguro, pero esto apenas es un esbozo de párrafo (una noche de insomnio en la que ya hace días se acabó el pequeño blister) y además recuerdo todo un libro gordo y muy moderno que una periodista noeoyorkina le dedicó al Prozac, allá lejos y hace tiempo en los ’90 cuando todos éramos más grunges. Por suerte carezco de perseverancia hasta para las adicciones.

jueves, 1 de febrero de 2007

Mi presente histórico

...entonces agarro, dejo de lado mis principios fóbicos y lo llamo para desearle buen viaje (hasta me permito pedirle prudencia en la ruta) porque me nace desde el corazón hacerlo y, a esta altura de la vida, creo que esa es una muy buena razón, suficiente como para dejar de lado mis principios fóbicos, agarrar y llamarlo para desearle buen viaje. Simplemente.

martes, 28 de noviembre de 2006

Algunas fobias que sí tengo, aunque no las padezco yo (pobres los otros)

*No me quedo tranquila si las puertas del ropero están abiertas
*Es impensable meterse en la cama con las medias puestas
*Siempre hay que cepillarse el pelo antes de bañarse
*La cartera, mochila o bolso, también debe combinar con la ropa interior
*El tomate para ensalada se corta en cubos, jamás en rodajas
*La ropa de cama no puede ser oscura ni de fibras sintéticas
*La cadena del baño se tira dos veces
*Por la calle, mi hijo tiene que caminar del lado de la pared
*Los jeans muy azules me dan pánico
*Si me falta el anillo de plata que me hizo mi hermana, mi anular izquierdo me tortura todo el día
*Es pecado usar jean con jean o corderoy con corderoy
*Que nadie toque las cosas que hay en mi escritorio
*Está prohibido sentarse sobre las sábanas con la ropa de calle
*Ah, sí, necesito hacer listas

domingo, 29 de octubre de 2006

Máxima:

No es top sufrir patologías que ya pasaron de moda.

Nota al pie:
(Mejor dejo los ataques de pánico)

lunes, 23 de octubre de 2006

soy una más

Tuve mi primer ataque de pánico (in inglish ya es demasiado) y estoy emocionalmente lista para el segundo. Todos los condimentos todos, trajo. Uh, qué trip. Me quiero bajar.