viernes, 25 de abril de 2008
Otra más
Estoy en lo de Inés, mi depiladora, toda embadurnada de cera caliente. Le suena el celular, pero sé que no va a pasar nada porque ya lo escribí acá. Me relajo, me ubico en una de esas posiciones imposibles que ella me pide y pienso: "Si me llego a acalambrar ahora, estoy en Banchero central, hora pico". Sólo deseo que todo termine para correr (sin pelos) a escribir todo esto y así exorcizar la nueva paranoia que engrosa mi lista de.
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