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domingo, 27 de octubre de 2013

Sólo Lou viene y se muere un sunday morning. Qué chabón. Lloraría voy a llorar.

Parecía un día perfecto, votar en zona sur y más tarde cuando oscureciera volver a casa, un día perfecto tomar café al lado de la ventana, también caminar y después casa. Fui y voté. La señora que estaba detrás de mí en la cola no respetaba la distancia entre los cuerpos; como un presagio todavía no es de noche. Parecía un día perfecto aunque el mozo y los turistas me expulsaran del primer bar cuando encontré el segundo. Saltiqué la calle y como todos los domingos a la mañana que me encuentran despierta canturreé en mi mente Sunday morning, pensé en mi vaca imaginada que se llama Sunday Morning y me puse mis anteojos de sol para que no me hiriera las retinas el Sunday morning. Seguía pareciendo un día perfecto cuando el colectivo llegó a la parada en sincronía conmigo pero al final eran todas las calles que cruzamos hace no tanto tiempo. Me sigo aferrando. Metí el sobre en la urna y fue un día casi perfecto. Con todo lo triste que va a resultar saber que no estamos más vivos al mismo tiempo que vos.


domingo, 11 de agosto de 2013

Cuando hoy para mí era ayer, a las 7.30 am, vi empezar el día.

Soñé que iba a votar temprano y me levanté tarde. Ya no te sellan el DNI, los más modernos tienen foto en el padrón, soy lo que para mí era el que iba a votar con la Libreta de Enrolamiento. En la cola para entrar al cuarto oscuro mi hijo de 10 años me preguntó por qué se vota a los 16 y no antes. Hay que ver los escrutinios tomando Terma y se pide empanadas. Siempre fue así. Según el canal que mires te dicen que otro diferente está "liderando la tendencia". Comimos ravioles. Es una falta de respeto a Drácula que Terragno tenga esa pinta y un atropello a los villanos de Ciudad Gótica cada uno de los candidatos PRO. Termina la noche ridículamente. Massa estira las vocales para rellenar el tiempo vacío en el que habla sin decir nada. Es un talento si lo mirás con el ojo de Mordor.  

sábado, 27 de abril de 2013

Anécdotas de una vida analógica (Reloaded)

Fui a una casa que arregla y vende controles remotos a arreglar mi control remoto, pero al final por supuesto compré uno. El lugar es algo así como el gran mini mundo del control remoto; un cuchitril repleto de pilas, fundas para controles remotos (los podés golpear y no se rompen, según pude comprobar empíricamente) y más cosas relacionadas con el mundo del control remoto. Se regatea, hay descuentos por simpatía o insistencia y un empleado que ofrece "plastificar" los controles remotos "para que queden sellados", entre otras maravillas del pasado reciente aún activas que suceden cuando caes por una grieta de tu mente activa en determinados lugares del barrio de Once.
En una sobreactuación del viaje en el tiempo mental, justo delante de mí en la cola de clientes había una señora muy coqueta, octogenaria de pasado boquitas pintadas a la Puig. Tenía un manojo enorme de, por supuesto, controles remotos que sacó de su regia cartera de charol. "Este es de la videograbadora", explicó como si estuviéramos en 1990. "No me gustan los devedés porque no te dejan grabar cosas de la tele, ya los fabrican así, prohibiendo algo, o pensando que todos preferimos bajar cosas de Internet", se quejó casi iracunda, pero sonriendo.
 Finalmente se llevó: sus controles remotos arreglados, una funda para contener dos controles remotos (los podés golpear y no se rompen, lo comprobó empíricamente), pilas "que duran casi para siempre", según el vendedor y cinco pesos de "bonificación para la próxima vez". Después fue mi turno, conseguí una rebaja de 30 pesos por mi control remoto más la funda y salí a la calle repleta de gente hostil. Los cajeros automáticos no querían darnos nuestro dinero, las damas abrazábamos las carteras por si acaso, los autos no respetaban los semáforos, nos rodeaba una bruma generada por el olor a caca de perro y basura podrida bajo el sol. Es 2013 otra vez.

miércoles, 24 de abril de 2013

La vuelta a casa en hora pico me regaló un rato de cine en el colectivo


Ella trasmite tragedia. Su pelo mal teñido, el tono elevado de sus confidencias sórdidas. Dice: "ese porro pega mal, lo mezclan con raid". Está parada al lado de mi asiento y gesticula cuando habla, tengo miedo de que me ponga un codazo en los anteojos. Bambolea su panza prensada en la remera de modal y cuenta a los gritos por celular que "coca cola y bicarbonato pegan como merca". Me tengo que bajar, me da miedo pedirle permiso para pasar. No la quiero interrumpir. No sé. O quiero saber a dónde va. Timbre, parada, chau.

lunes, 26 de noviembre de 2012

Instrucciones para comer tortitas negras

Antes que nada hay que encontrar una panadería amiga, una de esas en las que al entrar el mostrador sea una formalidad; es importante que le conozcan a uno realmente, que el panadero sea algo más que un vendedor, que tenga un vínculo que lo ate a una pequeña pero no despreciable sinceridad al asegurar que están, realmente, recién hechas.
Se va bajo la garúa, el sol abrasador o esquivando el viento, no importa el clima, pero siempre de mañana y mientras hierve el agua para el mate. Es importante que sea de mañana porque las tortitas negras no se compran por la tarde salvo que el panadero hornee dos veces al día. Esta factura no se come así nomás.
La tortita negra debe guardar cierta humedad y a la vez ser hojaldrada. Su tamaño no puede exceder los cuatro centímetros de radio y en su alto debe pasar los dos y no superar los tres. Se compran al menos tres por persona, el paquete va envuelto, a su vez, en una bolsita que conserve la calidez de la factura blanda, calentita. Se vuelve rápido para llegar al mate espumoso.
Una vez frente al cebador, el comedor de tortita negra tiene que concentrarse en la siguiente tarea: con delicadeza despegará la parte de arriba sin dejar caer ni un grano de azúcar negra. La seccionará por la exacta mitad con sumo cuidado porque el corte no puede dejar colgando capas del hojaldre. Precisión mediante, usted obtendrá dos segmentos que pasará a unir nuevamente pero con el área blanda de lo que fue abajo sobre la costra de lo que supo ser arriba.
Se come ferozmente, se baja con el mate humeante que le llega justo a tiempo y, entonces, se vuelve a comenzar. Repite la operación, al menos, dos veces más.  Comenta al paso: "quéricasquesonlastortisnegras, che". 

domingo, 12 de agosto de 2012

Encontré una nueva puerta hermosa para mi colección mental de puertas

Es verde como un loro, de hierro como el miedo, alta como un gigante y en su cielo tiene dos leones alados que custodian las rejas que protegen el vidrio que muestra el palier de un edificio bastante feo.

lunes, 11 de abril de 2011

Como dos hielos que chocan en un vaso,

es el sonido que busca la mente mientras intenta no pensar.

<insertarlo acá>

Cuando los lunes se sienten en el cuerpo como viernes hay que empezar a pensar en el plan de irse a cosechar papas, agarrar al primer secuaz dispuesto y correr rápido, como si te siguiera la muerte, lo más lejos posible de acá.

1, 2, 3, ya. 

sábado, 8 de enero de 2011

Nochecitas de Pelopincho

Ese es el nombre del soundtrack
que escuchamos este enero 2011
y tenemos el patio ordenado
hay un sillón muy cómodo en el que
nos recostamos cuando terminó el día
y pensamos:
hay que pintar de violeta acá
poner un mueblcito allá
todo lo que falta para mejorar.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Bipolaridad y sentimientos

Leía a mi nuevo autor que adoro y él contaba que una noche antes de dormir ejercitaba la memoria, visitaba una de las casas de su pasado y yo, que estaba en el colectivo que andaba por mi antiguo barrio, iba tratando de no recordar cómo era todo cuando vivía y caminaba por ahí porque no quería-podía entrar en el viaje. Igual se filtraron cosas. Evitar conscientemente algo es la forma más precaria y tosca de hacerlo de todos modos.
Cuando yo era de Parque Patricios abrí este blox, tenía el pelo largo como ahora, pero sin flequillo, y unos jeans por la cadera que realmente añoro, y también la mejor ventana que puede pedir una chica contemplativa de clase media esforzada. Por la ventana esa (estaba sobre una pared de ladrillos y medía cuatro metros hacia arriba por tres de ancho) podía ver la copa de un árbol que estaba lleno de arañas que entraban a casa y a lo largo de mi estadía en ese primer hogar miraba primero el horizonte, después el comienzo de obra de un edificio alto con obreros que a veces me silbaban y al final un montón de departamentos, algunos vacíos y otros habitados.

sábado, 13 de marzo de 2010

♫ A todo dice que sí, a nada digo que no, para poder construir ♫


Lo único que progresa con el paso del tiempo es la tecnología; el hombre no. Para que reine la armonía que pone tecnos los corazones.


Resulta que de nuevo vivo cerca de tu casa. Te tarareo y te canto y te karaokeo como siempre, pero ahora medio que también te charlo. Mucho. Te hablo así en voz alta desde que me mudé a Abastonce y creo que me escuchás porque a veces (ponele hoy cuando caminaba por Pueyrredón escondiéndome del sol) me contestás. ¿Sabías que me volví a pelar? Pero esta vez sólo la parte de adelante. Me dejé una coleta larga atrás. Es muy tu onda.
Estoy re teléfonos que suenan en habitaciones vacías una mañana en el Abasto. A la tarde tomé mate, perdón, pero con gente despierta. Y hablamos de vos. Dije: "El amor yo tampoco lo reflejo como ayer" y también pensé que la tecnología lo ha tomado todo, pero eso me lo guardé.
Soy la misma que estaba en sexto grado y gustaba de un chico más grande que me juraba y me juraba que había ido a verte a Obras y las luces calientes atravesaban mi mente por los dos.

Oh, ¿Qué pasa con los años, eh? Soy callejera yo. Cuidado con el temor.

domingo, 31 de enero de 2010

Escribir textos de amor que no sean cursis y mirar todo como si los ojos fueran la cámara de Spike Jonze, ponele.

Domingo, calor, ciudad, inicio de una década, la segunda de un milenio, acá estoy-
Tengo la edad que cuando era chica pensaba tenían "las viejas", pero acá adentro mío todo es igual que entonces. Me encuentro a mí misma haciendo cosas que la nena que fui hubiera dicho "yo, a esa edad, ni loca haría eso" y pasa lo mismo con las que no hago. No hago cosas que creí que iba a hacer, no hago cosas que creí que si no las hacía sería dramático.
Hoy conocí a mi vecina de arriba y tuve que entrar a su casa. Ella usa un top cortito amarillo que deja ver su panza llena de hamburguesas barfy compradas en eki y sentí extrañamiento y a la vez familiaridad. Se parece más a mi hermana que yo. Tienen el mismo concepto de fotos de los hijos colgadas en las paredes del living rodeando la tele gigante del que carezco. Miran con la misma mirada calma de inminente violencia que al final no, no sale y menos mal.
Nosotras somos cuatro hermanas altas, pero yo soy la más baja, aunque sea la mayor y en un período de la vida sí haya sido la más alta. Ahora las gigantes me miran desde arriba y dicen con desprecio cosas como "la gente de huesitos pequeños como vos" o "sos una lonja", pero en el mundo real -por fuera de ellas- sigo siendo alta.Alta de verdad.
Cuando me pregunto cómo me describen para referirse a mí -por ejemplo, si alguien dijera "cuál es Danixa"- siempre creo que la respuesta sería "la alta de rulos, con ojos grandes". Espero que digan eso y no cosas más crueles que podría poner acá pero no, porque no quiero darle ideas crueles a nadie.
¿Habría que mandar un beso cada vez que uno termina de escribir algo que sabe que otros van a leer, como si fueran cartas públicas?  Acá iría algo como "bueno, te mando un beso" y después la firma, suponte "Dani" y después ¿qué? Publish. Es raro, no me digas que no.

domingo, 3 de enero de 2010

Igual, las abejas borrachas y los pajaritos violentos están por entrar en el pasado

Hay una abeja enloquecida que entra y sale de la bolsa que usé con inteligencia y creatividad para crear el velador más lindo del mundo. Los pajaritos impetuosos de 2009 han cambiado en 2010 por abejas cuasi borrachas que hacen eses por mi patio. El punto: Me siento más Jo March que nunca en estos días de verano que arrancan en Buenos Aires; un enero vacío, ideal para patrullar las calles en la nueva bicicleta.

Ay, oh, yo tan pez y sin pileta.

jueves, 3 de diciembre de 2009

¡El Señor Que Te Explica Cosas (ESQTEC) ya llegó!

Primero habló de Charly y Diego en Los amores fallados y ahora de Cris Morena en On acid trip.

(esto va a la sección egomaníaca "notas que me gustan mucho y están escritas por mí")

miércoles, 11 de noviembre de 2009

, pero no podría asegurar qué.

La parrilla de Charly, que hasta las nueve de la noche nunca arranca, hoy estaba en flor, perfumando a choripán, desde las dos de la tarde. Un señor en el colectivo me dejó pasar primero y cuando le dije "muchas gracias", contestó "más que merecido" y me miró demasiado la espalda. Un brasilero de rastas cantaba canciones parecidas a algo bonito en el umbral de la puerta del hostel abandonado. Parecen vacaciones y dan ganas de ponerse la malla, ir a nadar por las alcantarillas y pasear por las avenidas buscando heladerías.

jueves, 15 de octubre de 2009

Reporte de situación. 13.30, día de sol, aunque fresco.

El chico más lindo que puede haber en un 152 lee, sentado justo enfrente mío, El poder del ahora-Un camino hacia la realización personal. Yo, en una de mis mejores versiones, le hago espejo con mi libro, los diarios de Kafka. Podría ser el inicio de una estúpida aunque hermosa comedia romántica, pero soy muy prejuiciosa.

jueves, 17 de septiembre de 2009

-

todo lo que era trueno ahora es agua
que cae pum pum así sobre mí
pelo cabeza hombros brazos
las manos no se mojan
tengo puestas estas botas
sé que soy como la piel
de esas gotas

lunes, 14 de septiembre de 2009

-

En quince minutos hay que ir a la escuela, cada mañana intento levantarme antes para preparar un desayuno nutritivo porque soy la madre de un nene de siete que cuando en el colegio le piden que escriba una composición lo hace en forma de poema y además juega al fútbol y grita los goles con mucha pasión.
En diez minutos hay que salir a la calle por primera vez en el día, por primera vez en la semana, porque aunque una quisiera quedarse acá calentita siempre hay motivos que te llevan afuera y los pelos al viento, los anteojos de sol aunque esté nublado y ya hay demasiada basura acumulada al lado de la puerta.
En cinco minutos.
Ahora.
Ya.

sábado, 4 de julio de 2009

-

camino y me lleva hacia adelante un olor similar al de mis 16, como a humo que entra por la nariz y lo que antes sólo me extrañaba, ahora me toca los recuerdos de sensaciones, estados que pasaron a ser otros aunque se siga oliendo aquello y hay que parar en este kiosco, decir un filip morris y una birome por favor y después sentarte acá en garay y te asalto para escribir un rato esta tarde que podría hacer más frío, pero por suerte no y bueno, eso.

miércoles, 3 de junio de 2009

No quiero empatizar con ustedes

De las tres computadoras que hay prendidas en este bar, sobre las mesas de madera suave, la mía es la más punk. Así negra y ya, las letras de las teclas borradas de tanto tipi tapa y el "ti" final del "Olivetti" plateado que da marco a la pantalla que hace rato ya no está. No es chiquita onda pocket ni grande en plan "acá hay mucha info importante". Tiendo a creer que es por eso que el mozo no me atiende tan bien como al resto, quizás es por mi pecé trash que no me trae una carta y pretende, con cara de hastío, que le diga a ciegas si café con cookie o coca light con hielo y limón.
Esta mañana fui al kiosco en pijama y camperón a comprar cigarrillos. En realidad era medio día y el local tipo drugstore estaba atiborrado de oficinistas buscando sanguches de polémico origen pero empaquetados al vacío y yo, mi paciencia, los pelos al viento, veo cómo se abren las heladeras y se van los cepitas de naranja hasta que me toca, "el que sigue" dice el chico que atiende y entonces dos nachos me ignoran y con voz de maletines dicen "el completo de milanesa y..." y yo los interrumpo, "la que sigue soy yo", digo. "Disculpá, no te vi", mano en el hombro de ese chico con pelo pasado por planchita y su mano en mi hombro, su-mano-en-mi-hom-bro, la miro con un costado del ojo, casi no modulo y "te agradecería que no me toques, no nos conocemos", saca su mano de mi hombro y entonces sí, me voy con mis phillip morris a seguir fijándome si me contestaste mi último estúpido pero tierno mail.

domingo, 15 de marzo de 2009

Mi última nueva excentricidad:

Todos los días a las ocho le digo a mi hijo que se bañe, para que las nueve ya nos encuentren cenando y a las diez, sobremesa incluida, él esté en la cama, leyendo uno de sus libros y haciéndose cargo de apagar su velador antes de que yo termine de cepillarme el pelo, los dientes y me ponga el pijama porque a las once ya quiero estar tirada, la compu apagada. Muchas veces, incluso, me duermo antes de la medianoche, totalmente agotada.