viernes, 7 de noviembre de 2008
Ay, no sé... me siento más ¡PUM! que nunca
Las muñecas que hacen ¡Pum!
(inserte acá una gran sonrisa danixa)
Ficha técnica:
Dirección y guión: Gerardo Sofovich.
Producción: Horacio Mentasti
Fecha de Estreno: 27 de septiembre de 1979.
Con Julio De Grazia (Tony Esperanzato), Javier Portales (Jack Gran Tete), Rolo Puente (Aníbal), César Bertrand (Gay), Vicente La Russa (Fritz), Juan Carlos Thorry (víctima), Silvia Pérez (Loba), Susana Traverso (Mona), Carmen Barbieri (muñeca 1), Mariquita Gallegos (Johanna), Norman Erlich (supervisor), Reina Reech (muñeca 3) y gran elenco, entre ellos, Arturo Bonín, Mimí Ardu y Silvia Kutica.
Jolibud, Soja y todos ellos
Palermo está lleno de chicos y chicas que podrían ser amigos de Patrick Bateman. Descripción fácil: hermosos, estéticos, exitosos, llenos de compromisos sociales y laborales, absolutamente iguales entre sí, muy difíciles de reconocer o diferenciar. Pura cáscara, corren entre bar y bar las evelyns y los mcdermotts.
Fe de erratas:
1. Donde dice "hermosos, estéticos, exitosos, llenos de compromisos sociales y laborales, absolutamente iguales entre sí, muy difíciles de reconocer o diferenciar", debería decir "con ganas de ser hermosos, estéticos, exitosos, llenos de compromisos sociales y laborales y logrando sólo ser absolutamente iguales entre sí, muy difíciles de reconocer o diferenciar".
2. Donde dice "Pura cáscara, corren entre bar y bar las evelyns y los mcdermotts", debería decir "Pura cáscara, corren entre bar y bar los ensayos fallidos de evelyns y mcdermotts"
Fe de erratas:
1. Donde dice "hermosos, estéticos, exitosos, llenos de compromisos sociales y laborales, absolutamente iguales entre sí, muy difíciles de reconocer o diferenciar", debería decir "con ganas de ser hermosos, estéticos, exitosos, llenos de compromisos sociales y laborales y logrando sólo ser absolutamente iguales entre sí, muy difíciles de reconocer o diferenciar".
2. Donde dice "Pura cáscara, corren entre bar y bar las evelyns y los mcdermotts", debería decir "Pura cáscara, corren entre bar y bar los ensayos fallidos de evelyns y mcdermotts"
jueves, 6 de noviembre de 2008
domingo, 2 de noviembre de 2008
sábado, 1 de noviembre de 2008
jueves, 30 de octubre de 2008
martes, 28 de octubre de 2008
Estábamos desayunando y PUM.
Se nos cayó el techo en la cabeza. Literal.
PUM es para bien y para mal
pero no hacía falta
confirmarlo así,
con escombro
pedazos
de cosas
mías
tan
rotas
en el piso-sobre la mesa nueva-atrás del mueble del teléfono-abajo de la escalera-en el lavadero-por debajo de las puertas-dentro de la rejilla-en el piso-rotas-todas esas cosas-mías-pedazos.
Creo igual
que esto es
algo más
sé con certeza
que algo debe
querer decir.
PUM es para bien y para mal
pero no hacía falta
confirmarlo así,
con escombro
pedazos
de cosas
mías
tan
rotas
en el piso-sobre la mesa nueva-atrás del mueble del teléfono-abajo de la escalera-en el lavadero-por debajo de las puertas-dentro de la rejilla-en el piso-rotas-todas esas cosas-mías-pedazos.
Creo igual
que esto es
algo más
sé con certeza
que algo debe
querer decir.
**
Qué onda la danza butoh. Ya van xxxx veces que leo, que veo, fuera de contexto, en el lugar menos pensado, danza butoh. Danza butoh, danza butoh, danza butoh. Ahora danza butoh es el combo. Ahora danza butoh es algo que viene con lo otro. Lo otro, es todo, todo lo otro. Todo lo otro viene con danza butoh. Danza butoh es moderno, danza butoh es el bonus de un mundo sensible, libre. El resto sólo es miedo. Miedo de ver a una señora bailar. Espanto de que se ponga a declamar. Que de pronto el mundo perceptible se haga cotolengo, que se llenen las calles de viejas muy maquilladas que encarnen el cachivache en plazas y pasajes, bares y restaurantes, cines y parques, museos y locales de venta de cosas diversas. Teatros, no te olvides de los teatros. Y que bailen danza butoh. En cada lado, por todas partes. Los arboles esos tan lindos que dan alergia, paraísos se llaman, de pronto se pueblan de viejas -no digo ancianas, sino viejas- muy maquilladas que detrás de sus gafas oscuras riman versos, hacen posturas, pegan figuritas (de brillantina) y mientras danzan (butohn), desean ser canción.
lunes, 27 de octubre de 2008
*
En mi techo que es el piso de otros todo el tiempo hay pasos demasiado decididos, muy firmes y rotundos. Se clavan, taconean, zapatean. Hacen un tipo de pum que no es propio ni propicio, que no-quiero-no-me-gusta pero escucho. Aguanto. Siento. No hay remedio.
Me tiembla la lámpara y retumban las paredes justo cuando se me acelera el corazón.
Me tiembla la lámpara y retumban las paredes justo cuando se me acelera el corazón.
sábado, 25 de octubre de 2008
viernes, 24 de octubre de 2008
jueves, 23 de octubre de 2008
I love you, I really do
baby baby baby baby oh baby canta la lap and I can hardly wait to be with you again, está diciendo, come back to me again es el soundtrack que no se va, que está acá desde la más tierna, inocente y bella inocencia de primavera que llueve y pum, llovía tanto hace un año y sigue lloviendo, cae agua desde el cielo, me moja la llovizna alfiler que me pincha, me duele la caricia y me gusta el dolor como si me arrancara una cascarita cicatrizada pero mal curada. Y poner repeat again and again porque ai fall in love whit you, superstar.
Don't you remember you told me you love me, baby? Come back to me again.
Don't you remember you told me you love me, baby? Come back to me again.
miércoles, 22 de octubre de 2008
Por momentos quisiera...
...sufrir un trauma cerebral que me cause amnesia anterógrada para ir por la vida como protagonizando Memento o no, no, mejor conocer al Dr. Howard Mierzwiak y pagarle uno de sus tratamientos o no, no, mejor ser Lucy Whitmore o no, no, mejor nada de todo eso o no, no, no sé.
lunes, 20 de octubre de 2008
Cuando yo tenía un cuarto todo rosa con lila y cortinas de flores
un día pinté una pared de rojo
y en las otras puse pósters
empecé a dejar de ser una que era
y fui otra que me dejó secuelas
tenía un radiograbador gris lleno de botones
usaba una remera negra que decía sweet daddy
toda rota
tan maltrecha
me corté el pelo
me puse un pantalón
de corderoy marrón
un anillo de plástico
en el dedo pulgar
y unos borcegos
bastante feos.
En mi cuarto el otro,
ese que daba a dos terrazas
solía tener cosas
como muchos libros
una mesa larga para dibujar
baño rosa en suite
la puerta que cerraba mal,
enorme placard
escalón desnivel
colchón en el piso
un novio lindo y bueno
que ya no tengo más.
y en las otras puse pósters
empecé a dejar de ser una que era
y fui otra que me dejó secuelas
tenía un radiograbador gris lleno de botones
usaba una remera negra que decía sweet daddy
toda rota
tan maltrecha
me corté el pelo
me puse un pantalón
de corderoy marrón
un anillo de plástico
en el dedo pulgar
y unos borcegos
bastante feos.
En mi cuarto el otro,
ese que daba a dos terrazas
solía tener cosas
como muchos libros
una mesa larga para dibujar
baño rosa en suite
la puerta que cerraba mal,
enorme placard
escalón desnivel
colchón en el piso
un novio lindo y bueno
que ya no tengo más.
domingo, 19 de octubre de 2008
Boludeces de una
…que la idea de dejarse morir vuelva, ronde, se le ocurra otra vez a los que están tan cerca justo ahora que hay peligro de empatía y el parlamento ese de "dejate de joder, qué pésimo plan" suene ahora de mi boca tan mal actuado... BUENO, se me hace poco casual, como el pasado, que también vuelve aunque no lo haya invitado, se me cuela en los sueños y genera primero nostalgia, después miedo y al final... nada. Nada. Nada de nada. Que hoy no sea nada, que de ellos ya no quede nada, nada de ellos, ellos, los que pensaron antes que nosotras que la idea era buena, ellos, tontos que extraño tanto y que ya no son nada, apenas momentos fuera del tiempo, o imágenes de algo que podría pasar y no pasa porque ya no son más nada. Hay tanta nada. Mucha nada y una sola idea que golpea la puerta aunque no esté invitada, una sola idea que se mete en los pensamientos otra vez como si nunca hubiera sido echada, como si otra vez una fuera aquella otra que ya fue, como si la hermosa meseta de salud mental en la que se declaró a esa idea non grata llegara a un abrupto final y, así y todo, otra vez está acá, tan familiar, tan horrible, tan amable y permeable, como una vieja amiga que me reencontrara por feisbuc diciendo cosas tipo "hola, te acordás de mi, nos conocimos cuando tenías 13, fui con vos a la secundaria, estuve ahí cuando dejaste la facultad y aunque hace tanto que no nos vemos te me apareciste de pronto, te recordé, te extraño, te quiero de vuelta y se viene un gran reencuentro, ya creé un grupo y se anotaron varios, sí... esos que ya sabés". No, no sé nada. Una no sabe qué hacer para parar y entonces no para, sólo parece que para pero no, para qué mentir. Mentir para parar. Para parar. Para-pa-pa-pa-puá.
viernes, 17 de octubre de 2008
Del gran libro de los Dixits, otra pequeña muestra
(viene de acá)
“Pará de sobreactuar la buena onda”. Mechi.
“El organizador de zapatos es genial, por unos minutos te hace realmente feliz”. Nicoleta.
“Hablando de sofás camas, reapareció mi ex”. Camila.
“Llega un momento en el que hasta una deja de boludear”. Danixa.
“Con esa chica está todo bien, pero ya me está cayendo mal”. Otra Mechi.
“Suelo ser extra en los sueños de varios”. Sonia.
“Son como Paty y Selma resucitadas por el amor: fumando, malhumoradas, pero con esa actitud de ‘no puedo creer tanta felicidad’". Lu.
Bonus track dialoguitos:
Danixa says:
yo quiero que él me diga hola nena, repitamos
Camila says:
y yo quiero ser una imponente sueca de pechos enormes
*
Giselle: yo soy una gran seguidora de Lorena
Danixa: ¿Bobbit?
Giselle: Claro, es mi ídola.
“Pará de sobreactuar la buena onda”. Mechi.
“El organizador de zapatos es genial, por unos minutos te hace realmente feliz”. Nicoleta.
“Hablando de sofás camas, reapareció mi ex”. Camila.
“Llega un momento en el que hasta una deja de boludear”. Danixa.
“Con esa chica está todo bien, pero ya me está cayendo mal”. Otra Mechi.
“Suelo ser extra en los sueños de varios”. Sonia.
“Son como Paty y Selma resucitadas por el amor: fumando, malhumoradas, pero con esa actitud de ‘no puedo creer tanta felicidad’". Lu.
Bonus track dialoguitos:
Danixa says:
yo quiero que él me diga hola nena, repitamos
Camila says:
y yo quiero ser una imponente sueca de pechos enormes
*
Giselle: yo soy una gran seguidora de Lorena
Danixa: ¿Bobbit?
Giselle: Claro, es mi ídola.
jueves, 16 de octubre de 2008
Rándom ruidos
El después de la tele que ffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff, el teclado siendo apretado, el ventilador de la compu que arranca, hay alguien al chat, los dedos índice y anular contra el escritorio, un glic aislado de una gota en el baño y un golpe que suena en la terraza como si alguien martillara algo lentamente pero no es posible porque son las dos de la mañana.
martes, 14 de octubre de 2008
Queriendo morir por ser el cliché de mi cliché
Habrá sido la divina tarde de sol, la caminata amena por antiguos barrios en los que ya juego de visitante y seguro que también influyó mucho el momento que pasé sentada en un jardín-oasis en el que había un colibrí que parecía insertado digitalmente pero no, estaba realmente ahí. Calculo que fue la suma de esas cosas, más el café con leche que tomé más tarde en un bar todo de madera, sentada al lado de la ventana, mientras veía caer las primeras gotas de lluvia.
Por todas esas cosas fue que terminé de creer que sí, que yo llevo adelante la trama de una película indie, así que con mi mejor cara de Ana Pascal me metí al subte. Martes, hora pico. La música incidental se puso más intensa, la cola para sacar el elemento antes conocido como “ficha” era larga pero yo, como les suele pasar a los protagonistas de las historias que ven los otros, no escuchaba el soundtrack fatalista. Y entré en la pesadilla.
No fue tan grave el primer tramo. Y ahora, ya en casa bebiendo mi jameson en vasito pequeño, puedo llegar a darme cuenta de que el hecho de haber ido sentada leyendo una hermosa novelita de Carson Mccullers fue determinante para que tomara la pésima decisión que terminé tomando y torció mi ideal en celuloide a una cinta clase b, casi gore.
No seguí hasta la terminal donde suelo combinar con un colectivo, como hago cuando estoy apurada o en casos extremos. No. Me creí que realmente todo iba a seguir en el mismo plan de encantadora tarde y combiné con línea c para ir hasta san juan, porque me pude ver a mí misma quince minutos a futuro caminando al ritmo de la llovizna por humberto primo y me pareció genial, muy cinematográfico, ideal para una chica como yo.
Pero no. Ahí estaba yo, después de esos quince minutos, aún atorada en una escalera que lleva a la gente entre subtes, tratando de sacarme el ponchito negro, enajenada y disociada; muerta de calor. Movida por el espanto que provoca la velocidad con la que suceden las cosas, la realidad me puso una piña: yo era más parecida a una de las víctimas de freddy kruger que a cualquiera de las heroínas indies que pretendo ser.
Corte directo a interior de vagón. Después de que pasaran dos formaciones en las que la gente se metió a presión y que Danixa dejó pasar por una absoluta falta de bravura urbana que la petrificó ahí en la franja pintada de amarillo en el suelo, encontramos a nuestra heroína haciendo fuerza con un brazo para que los que ahora se siguen metiendo a presión no la revienten contra el vidrio de la puerta que da a las vías (que-por-dios-no-se-debería-abrir) y la dejen igual que uno de esos bichos que se estrellan contra los radiadores de los autos, autos como los que ella, la chica que se cree indie, no tiene y por eso está ahí, sudando en una lata que va a toda velocidad, teniendo contacto físico con centenares de extraños.
*Mi temor más grande durante toda la experiencia: Que de tanto ser empujada se me revienten las dos bolsas llenas de cremas caras recientemente compradas, a las que abrazo y protejo como una leona cuidando a su cachorro recién nacido.
*El colmo de mi ridiculez durante toda la experiencia: Mientras un chico con aliento a choripan me sonríe galante a un milímetro de mi cara y un tipo de barba con olor a paco rabanne se apachurra contra mis muslos, tengo tiempo de pensar una frase compleja y rebuscada como “esta es una situación urbana extrema que debería poder manejar, si no lo logro soy muy débil o debería irme ya mismo a vivir al campo”.
Por todas esas cosas fue que terminé de creer que sí, que yo llevo adelante la trama de una película indie, así que con mi mejor cara de Ana Pascal me metí al subte. Martes, hora pico. La música incidental se puso más intensa, la cola para sacar el elemento antes conocido como “ficha” era larga pero yo, como les suele pasar a los protagonistas de las historias que ven los otros, no escuchaba el soundtrack fatalista. Y entré en la pesadilla.
No fue tan grave el primer tramo. Y ahora, ya en casa bebiendo mi jameson en vasito pequeño, puedo llegar a darme cuenta de que el hecho de haber ido sentada leyendo una hermosa novelita de Carson Mccullers fue determinante para que tomara la pésima decisión que terminé tomando y torció mi ideal en celuloide a una cinta clase b, casi gore.
No seguí hasta la terminal donde suelo combinar con un colectivo, como hago cuando estoy apurada o en casos extremos. No. Me creí que realmente todo iba a seguir en el mismo plan de encantadora tarde y combiné con línea c para ir hasta san juan, porque me pude ver a mí misma quince minutos a futuro caminando al ritmo de la llovizna por humberto primo y me pareció genial, muy cinematográfico, ideal para una chica como yo.
Pero no. Ahí estaba yo, después de esos quince minutos, aún atorada en una escalera que lleva a la gente entre subtes, tratando de sacarme el ponchito negro, enajenada y disociada; muerta de calor. Movida por el espanto que provoca la velocidad con la que suceden las cosas, la realidad me puso una piña: yo era más parecida a una de las víctimas de freddy kruger que a cualquiera de las heroínas indies que pretendo ser.
Corte directo a interior de vagón. Después de que pasaran dos formaciones en las que la gente se metió a presión y que Danixa dejó pasar por una absoluta falta de bravura urbana que la petrificó ahí en la franja pintada de amarillo en el suelo, encontramos a nuestra heroína haciendo fuerza con un brazo para que los que ahora se siguen metiendo a presión no la revienten contra el vidrio de la puerta que da a las vías (que-por-dios-no-se-debería-abrir) y la dejen igual que uno de esos bichos que se estrellan contra los radiadores de los autos, autos como los que ella, la chica que se cree indie, no tiene y por eso está ahí, sudando en una lata que va a toda velocidad, teniendo contacto físico con centenares de extraños.
*Mi temor más grande durante toda la experiencia: Que de tanto ser empujada se me revienten las dos bolsas llenas de cremas caras recientemente compradas, a las que abrazo y protejo como una leona cuidando a su cachorro recién nacido.
*El colmo de mi ridiculez durante toda la experiencia: Mientras un chico con aliento a choripan me sonríe galante a un milímetro de mi cara y un tipo de barba con olor a paco rabanne se apachurra contra mis muslos, tengo tiempo de pensar una frase compleja y rebuscada como “esta es una situación urbana extrema que debería poder manejar, si no lo logro soy muy débil o debería irme ya mismo a vivir al campo”.
domingo, 12 de octubre de 2008
Hace mucho que no
Me pasaba al inicio de los tiempos de este living que escribía así en un plan muy rándom y era tan novedoso eso de que me leyeran tantos anónimos que en un punto dejaban de serlo que no podía evitar la sensación de eterna iluminación.
Y me pasaba en esa época también que estaba como a flor de piel, en una especie de carne viva, montada en una inspiración pragmática de sentir y transcribir a la que me acostumbré, que pasó a ser tan cotidiana que dejó de sorprenderme y ahora no sé. Escucho R.E.M., por ejemplo, y me vuelve esa suerte de sensación de querer contar trivialidades al tuntún, como que hay canciones que me llevan a pasados lindos de recordar y otras que me arrastran a pantanos insoportables y que happy shiny people me pone happy, me hace sentir más shiny.
Me acuerdo que antes solía comentar canciones acá. Yo soy de comentar canciones cuando hablo arrebatada de cosas que me apasionan, como borracha, puedo gritar, tapar al otro y lanzarme a hacer declaraciones como que me gustan, de modos muy distintos, dos Elvis: Presley, claro, y Costello.
Es Elvis Costello el que me lleva a El-bis-cochuelo, que a la vez me arrastra a esos lugares a los que no quiero volver, pero también me vuelve a traer a less than zero en formato canción, en versión novela reveladora con titulo homenaje, en forma de viaje que sí me gusta hacer y hago. Oh, anteojos, ay.. my aim is true.
Pero ahora en casa suena el otro y es Presley el que me canta are you lonesome tonight y me pregunto si es una pregunta y decimos, recitamos, casi cantamos a duo honey, you lied when you said you loved me y ya, otra vez llego a donde quisiera no llegar y son tantos los caminos que ya no quiero volver a pisar que me agoto de pensar.
Ayer Malena me dijo, o yo le dije a ella, no importa, que basta de vivir anécdotas bizarras que me van a ayudar a escribir una gran novela, que yo ya vivo en una constante epifanía y que quisiera dejar de protagonizar tantas ridiculeces, que no necesito más hechos para narrar, que basta de eso dijimos. Que basta de eso dije, digo.
Hace mucho que no escribía acá algo tan largo. Hace mucho que no escribía acá algo tan en tono de estúpido diario. Hace mucho que no estaba otra vez así en carne viva, tocada por las canciones que escucho, movida por las imágenes que me asaltan, hinchada de aromas que respiro y repleta de frases que dije, me dijeron o que voy a decir.
Y nada, eso.
Y me pasaba en esa época también que estaba como a flor de piel, en una especie de carne viva, montada en una inspiración pragmática de sentir y transcribir a la que me acostumbré, que pasó a ser tan cotidiana que dejó de sorprenderme y ahora no sé. Escucho R.E.M., por ejemplo, y me vuelve esa suerte de sensación de querer contar trivialidades al tuntún, como que hay canciones que me llevan a pasados lindos de recordar y otras que me arrastran a pantanos insoportables y que happy shiny people me pone happy, me hace sentir más shiny.
Me acuerdo que antes solía comentar canciones acá. Yo soy de comentar canciones cuando hablo arrebatada de cosas que me apasionan, como borracha, puedo gritar, tapar al otro y lanzarme a hacer declaraciones como que me gustan, de modos muy distintos, dos Elvis: Presley, claro, y Costello.
Es Elvis Costello el que me lleva a El-bis-cochuelo, que a la vez me arrastra a esos lugares a los que no quiero volver, pero también me vuelve a traer a less than zero en formato canción, en versión novela reveladora con titulo homenaje, en forma de viaje que sí me gusta hacer y hago. Oh, anteojos, ay.. my aim is true.
Pero ahora en casa suena el otro y es Presley el que me canta are you lonesome tonight y me pregunto si es una pregunta y decimos, recitamos, casi cantamos a duo honey, you lied when you said you loved me y ya, otra vez llego a donde quisiera no llegar y son tantos los caminos que ya no quiero volver a pisar que me agoto de pensar.
Ayer Malena me dijo, o yo le dije a ella, no importa, que basta de vivir anécdotas bizarras que me van a ayudar a escribir una gran novela, que yo ya vivo en una constante epifanía y que quisiera dejar de protagonizar tantas ridiculeces, que no necesito más hechos para narrar, que basta de eso dijimos. Que basta de eso dije, digo.
Hace mucho que no escribía acá algo tan largo. Hace mucho que no escribía acá algo tan en tono de estúpido diario. Hace mucho que no estaba otra vez así en carne viva, tocada por las canciones que escucho, movida por las imágenes que me asaltan, hinchada de aromas que respiro y repleta de frases que dije, me dijeron o que voy a decir.
Y nada, eso.
sábado, 11 de octubre de 2008
simple:
anoche soñé con vos y hoy no me quería despertar.
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