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miércoles, 29 de agosto de 2007

Instantanea en el colectivo 64, miércoles 10 am, de San Telmo a Once

Las cejas dibujadas (ella)
en una perfecta curva depilada.

Puente (en la frente)
que deja pasar
ideas,
autos por Paseo Colón,
el buen gusto,
no sé.

jueves, 26 de julio de 2007

Estupenda novedad para santelmenses

El bar El Federal por fin entendió que es mejor un par de mozos viejos, con trajecito y modales; amables de verdad: no esa estúpida pelilarga confianzuda ni esos pebetes tendencia con piercings y ansias de turistas.

Cuatro de la tarde, dos diarios en la mesa, café con leche, tostaditas con queso blanco y la llovizna helada afuera, del otro lado de la ventana. Me tienen.

sábado, 7 de julio de 2007

Teorema de urbanidad

El placer que me produce caminar por Florida derecho los sábados al medio día es exactamente proporcional a la aversión que me genera el mismo recorrido, también en ese horario, los miércoles.

domingo, 27 de mayo de 2007

A veces creo

...que si miro con mucho deseo un cartel de "se vende" que está colgado hace un mes en el frente de una casita en PH 2 amb c/patio en particular, quizá, tal vez, un día aparezcan las llaves en mi buzón porque sí, con una notita anónima que diga: "Sí, es para vos, andá".
Sé que no va a pasar, pero igual sigo intentando.

lunes, 26 de marzo de 2007

Me quiero ir a vivir a Suiza o a cualquier otro puto lugar en el que todo funcione, los sueldos alcancen y la gente practique la amabilidad como primera religión. Si tiene lindo paisaje, mejor.
Se quemó una usina en San Cristóbal y media ciudad quedó a oscuras (Actitud -). La lluvia torrencial inundó los accesos a casi todas partes y la basura que el afrancesado recomienda reciclar nunca llegó a ser retirada por los muchachos del camión. Papeles, cartones, vidrios, plásticos, metales y textiles flotaron entonces por un lado mientras que los materiales orgánicos lo hicieron por otro. Más temprano que tarde lograron volver a unirse en un abrazo desparramado sobre calles y avenidas. Corrientes, entre el Abasto y Callao, se parecía al escenario que recreó James Cameron para mostrar el futuro en Terminator, ese páramo hostil en donde John Connor intenta que sobreviva la raza humana. Yo, con un coqueto outfit muy poco propicio para la ocasión, tengo que llegar desde Palermo Soja hasta San Telmo con un bolso, una mochila de River y un pequeño hijo de gran carácter aunque pésimo humor. Luego de una siniestra elipsis temporal (que acá fundo a negro pero en realidad viví con mucha angustia) finalmente arribo a mi hogar, dulce lugar en el cual unos ignotos vecinos tan nuevos como descarados fuman en el palier común, hablan a los gritos y me miran con cara de pocos amigos subir cada peldaño de la escalera de mármol. Así y todo, arrastro al niño hasta mi departamento, lo pongo a dormir y suspiro aliviada, porque infiero que esta aventura ha terminado. Fumo un poquito, intento andar al fin sin pensamientos y descubro, cuando voy a hacer una llamada trascendental para mi destino, que el teléfono no tiene tono. Cual vieja curandera que le conoce las mañas al caprichoso aparatejo, agarro el celular para llamarme a mí misma y destrabar no sé qué cosa que siempre se le atasca y sólo así se arregla. Pero ella avisa fría y maquinalmente: “Su crédito no le permite realizar esta llamada”.

jueves, 22 de marzo de 2007

Las chicas

Se llevan apenas 17 años y tienen el pelo corto: rapado casi al ras y platinado la más grande y en tono dorado, estilo garçon, la menor. Casualmente tienen puesto el mismo solerito de Wrangler, que es divino, pero uno es verde y el otro de jean. Yo siento que necesito uno igual en negro, lo comento y uso el verbo "necesitar". Ellas me entienden plena y sinceramente. Hablan en stereo, no alcanzo a oírlas bien porque dicen todo muy rápido, a la vez, y son tan bajitas. Sus voces se mezclan con las bocinas de los autos, nos enredamos por las veredas finitas de San Telmo y nada es capaz de detener esa charla, imposible de resumir en pocas líneas contundentes. "No puede ser bueno que una de mis mejores amigas se parezca tanto a mi madre", reflexiona Male cuando concuerdo en tantas ridiculeces con Laura, que se ríe, pero de otra cosa. Llegamos a Catedral exhaustas, apuradas, evitamos que nos atropelle un 29 con la mayor de las elegancias y finalmente nos despedimos con besos dados al aire, tipo divas de antaño pero con amor verdadero.

martes, 12 de diciembre de 2006

el estrés de planear cómo
huir de todos en las fiestas
arbolitos paupérrimos que no
dicen nada más que
"llegó fin de año y seguís igual"

viernes, 1 de octubre de 2004

Elijo cabeza de ratón: muuuy concientemente.

Fui a Palermo Soja otra vez...
(Es por trabajo, nunca por gusto).

Y ese barrio en particular me hace sentir tan... Poco agraciada:
*Mis uñas no son de manicura
*Mi ropa está ajada y atrasa una temporada como mínimo
*Mi cabello es de comercial (soy la chica que ponen en "Antes" de usar el shampoo mágico)
*Mis gafas de sol definitivamente se tienen que jubilar

Y vuelvo a casa...
(Por suerte, al Sur: San Telmo, Parque Patricios, Boedo y hasta partes de Almagro).

Y toda la zona me hace sentir tan... Normal:
*Soy "cosita linda" en cada esquina
*Estoy flaca
*Nadie me cree que tengo 30
*Mi peor jooging es adecuado siempre

Lo más top es siempre donde estoy yo. Tenía que llegar la primavera para que me diera cuenta.

sábado, 4 de septiembre de 2004

Fotomontada en el Museo Ranault.

Ella, sentada en dicho lugar, con un personaje lleno de joyas y cartera Louis Vuitton. Lagartija de esmeraldas en el tirador plateado, anillo de diamantes y arete haciendo juego... Vestido íntegramente en Tramando. Más que Alvear.

El camarero, que sabe captar quién es quién, aprovecha un aparte y pregunta divertido: "¿De dónde sacaste ese personaje?". No podría explicarlo. Realmente. Qué atrevido el camarero. Obviamente me cae estupendo.

Y oigo al pasar, de boca de unas rubias no originales de narices respingadas y compradas: "Lo que me gusta de este lugar es que no vienen las mucamas en sus francos... Este barrio está lleno de mucamas de franco, ¿viste?"

Real, real, real.

En casa, en patas y después de unos amargos, presiento el olor a meo de gato que tiene tomado al pasillo: aspiro lo fétido de mi Parque Patricios y exhalo libertad. Posta que me gusta.

viernes, 13 de agosto de 2004

jueves por la noche: bar de copas

Como una publicidad de Gancia, pero clase B. Tienen la actitud, la ropa, la intención... Pero les falta el bronceado, la sutil belleza, los cuerpos esbeltos... A la camarera le quemaron el pelo con la tintura rubio platino y esconde sus crenchas bajo una gorrita de punga fashion. Un chacal que estuvo toda la noche saludando a cada fémina que pasaba, finalmente consiguió su descosida y se besan en un rincón. Iggy Pop con pelúca y tetas danza al ritmo de temas que eran ultra modernos tres temporadas atrás. Todos bailan tan mal, tan sin ritmo, tan desesperadamente. Mucho aro de estrellas plateadas, demasiados make ups brillantes, miles de carteritas rectangulares, zapatos puntiagudos por demás.
Y nada, nada de estilo.

domingo, 11 de julio de 2004

Esas golos

Gotitas de Amor y Dorins de mandarina: son tan retros, que me da bronca que me encanten tanto.

Pero aún se pueden comprar en los kioscos de mi barrio, que como no es el bastardo Palermo Fucking, siguen siendo baratas. A mi chico le regalé unas Gotitas de Amor. Sí, yo, que solía ser la princesa de Palermo Tinto hasta que llegó Soho. Cuando me vaya... Dejo a Parque Patricios en la cresta de la ola.

sábado, 29 de mayo de 2004

Lo bueno de ser más grande

Las mañanas de sábado son superiores. El sol tibio que entra por la ventana y la calle en silencio. Un café, el retoño que juega en el living y la radio con el informativo cool. Los hijos de los amigos en el msn, chatiar caritas con mi amiga de cuatro años, el primer cigarrillo que marea y envenena, pero da gusto.

En un rato se despiertan los vecinos, empieza el rock chabón a todo volumen, el frío le gana al medio día y todo es una mierda otra vez: hay que levantarse temprano para apreciar la vida.

Mi niño ya amenaza con llorar porque no quiero ponerme su chupete. Las ganas de tirarlos por la ventana, crecen junto a tus hijos: pero está bueno igual.

No puedo, no puedo evitar esta asquerosa alegría.

jueves, 13 de mayo de 2004

Postal que quiero guardar

Lovage de fondo, las velitas en sus cuencos de vidrio, aroma a guiso que se hace con limpito de casa prolija: hogarcito. Y la piel bañada suavecita y el niño que desordena mis ollas y la calle extrañamente calma. El antiguo amor llama por teléfono, habla un rato, no se anima a proponer nada, corta y aparece en el MSN... Y sigue. Un amable "ausente" mientras espero al chico más lindo del mundo, que está al llegar con un postre, porro y abrazos.

viernes, 16 de abril de 2004

nada personal

La idea es que no sea personal, pero lo es: todo es personal.

Voy tratando de romper esas estructuras que se empecinan en formarse en mi cerebro y a veces me sale. Muchas más veces, no. Hoy caminaba por San Juan y Entre Ríos. En la esquina hay un cartelito en homenaje a Rodolfo Walsh... Nunca lo había visto. Cada vez que ando por San Juan se me cruza el pensamiento de que pertenezco a esa zona. Larga extensión de la avenida es mi dueña: más o menos desde Boedo hasta Entre Ríos.

La batería de ideas fue desde un punto de la infancia hasta las eternas quejas del presente. Futuro no: no hay, ya lo dijeron mis punks. San Juan y Boedo no es tango; es mi amiga de cuarto grado y su papá jipi que nos dio el primer porro. Se llamaba Mariano y era muy joven para ser el papá de alguien y una vez se tomó una pepa con nosotras, que ya teníamos 15 y nos sentíamos muy mujeres. Fue en el Parque Centenario, allá lejos y hace tiempo, cuando el lago todavía tenía patos. Me acuerdo que eran tres.

Las quejas llegaron porque me gustaría recordar que el otro día fui al Malba, que me metí en un museo la otra vez, que de improviso entré al cine hace poco y que me divertí en un recital... Pero estoy encerrada procesando no sé qué cosa que me mantiene atrapada en mi casa.

Mi personaje es una chica muy inquieta y productiva... Con perfil artístico, inteligencia afilada y humor extraño. Demasiado frontal y bastante cabrona, también. De mucha y poca paciencia, lo sé. A veces me caigo bien y otras, pésimo.

Cuando era chica, cuando no era una Ella, yo tenía mucho por delante y ansiaba que todo llegue de una vez. Nunca me hubiera imaginado esto. Qué sorpresa es lo que soy. Si le hubiesen avisado lo que venía, aquella nena hubiera abierto mucho sus ojos enormes y hubiera hecho un quémimporta con los hombros para seguir dibujando en su cuarto de la terraza. Y obvio, hubiera tenido razón.

Alguien tendría que extirparle a mi vecino el botón que regula el volumen de su equipo de música o al menos obligarlo a no escuchar rock chabón tan fuerte todo el día. Lo peor es que canta a los gritos. A él, lo pongo number one en mi lista de Odios del día de hoy.

jueves, 26 de febrero de 2004

el mejor piropo de mi vida

Escenario: Enorme plaza con escalinatas
Situación: Yo vengo bajando las escaleras, rumbeando hacia el centro de la plaza.
Personaje: Una viejita del barrio, paseando a su perro mezcla de chiguagua con callejero, me mira y dice:

"De un cuadro parece que se escapó usted, con lo linda que se la ve viniendo".

El perro agregó un "guau" y yo me llené de sonrisas para el resto de la semana.

sábado, 21 de febrero de 2004

Real Life

De pronto me doy cuenta: estamos las tres, recién levantadas, bailando en el living y cantando a los gritos. Rafaella, Abba, Jackson Five... GILDA y SELENA.
Lety en camisón transparente, bombacha cola less.
Moira en pijama y tacos.
Yo con mi musculosa negra que dice "las mujeres arriba" y el chorcito de jean.
Luis nos manda una foto suya en bolas por mail y nos muestra sus tatoos por la web cam.

Escasos días atrás, en la casa que comparten, mi hermana y su amiga española (dos rubias enormes) se pasaban crema mutuamente, desnudas ambas, porque estaban muy bronceadas y les ardía el cuerpo. Moira mira y piensa en voz alta: "Si tuviera una cámara..."

De pronto mis amigas, todo mi entorno y yo incluida, nos convertimos en una bizarra fantasía soft porno. Creo que tengo un problema serio, porque la estoy pasando bien.

jueves, 12 de febrero de 2004

fisic du rol

Cada día, para ir al trabajo, me bajo una parada antes de la terminal del 65. Misteriosamente, esto siempre les resultó a los colectiveros un motivo de charla (conmigo): "¿Te dejo acá en la esquina?" lo transforman rápido en "¿Trabajás en el diario?" que los lleva inevitablemente a un "¿cómo te llamas?".

A la vuelta, uno que es mi "tocayo", no me cobró el boleto, a cambio de una charla durante el viaje. Y de pronto me vi encarnando el papel del que se para atrás del sillón de tiras y conversa con el que maneja, rompiendo esa ley que reza "No charle con el conductor" y que gustosamente hubiera acatado. Yo, que odio a los extraños, parloteando con un extraño durante 15 minutos. Yo, que sonrío poco, con la sonrisa congelada en la cara. Diálogo externo: trivial y ameno; diálogo interno: angustiante y bizarro.

Me suelen recibir con "Hay que decirle a San Pedro que apague la estufa" y todo tipo de frases ridículamente amistosas cuando pido mi boleto de 75. Como mi horario va cambiando cada día, no me tomo siempre el mismo colectivo y tuve la chance de comprobar que, la mayoría de los conductores del transporte verde con rosas a los costados, suelen encontrarme "amistosa", ponele, por adjetivarlo de alguna manera.

Yo no soy amistosa: me suelo subir al bondi con cara de pocas pulgas. Generalmente voy despeinada, malhumorada y con un cigarro, apagado a la mitad, colgando de mi boca a lo preso. Pero no se desaniman y vuelven al ataque con sus "¿salís muy tarde?" y demás.

Ellos gustan de mí, "tal como soy": Me niego rotundamente a que los colectiveros de la línea 65 sean mi Mark Darcy. ME NIEGO, ¡¿ME OYERON?!

domingo, 1 de febrero de 2004

Vista este

Detrás de los carteles que no alcanzo a ver de qué propaganda son, esa escuela color rosa, el odioso edificio nuevo y algunos tanques de agua, supuestamente está el horizonte. O Barracas. O las dos cosas.
A veces, de noche, se ven fuegos artificiales. Muchos: un festival de luces de colores.
Y a la mañana muy temprano entra el sol y nos despierta.
Me gusta mi ventana azul.

martes, 27 de enero de 2004

Pero no tengo.

Si tuviera un auto, aire acondicionado, pileta y jardín... Me gustaría mucho pasar el verano en Buenos Aires.