jueves, 22 de marzo de 2007

Las chicas

Se llevan apenas 17 años y tienen el pelo corto: rapado casi al ras y platinado la más grande y en tono dorado, estilo garçon, la menor. Casualmente tienen puesto el mismo solerito de Wrangler, que es divino, pero uno es verde y el otro de jean. Yo siento que necesito uno igual en negro, lo comento y uso el verbo "necesitar". Ellas me entienden plena y sinceramente. Hablan en stereo, no alcanzo a oírlas bien porque dicen todo muy rápido, a la vez, y son tan bajitas. Sus voces se mezclan con las bocinas de los autos, nos enredamos por las veredas finitas de San Telmo y nada es capaz de detener esa charla, imposible de resumir en pocas líneas contundentes. "No puede ser bueno que una de mis mejores amigas se parezca tanto a mi madre", reflexiona Male cuando concuerdo en tantas ridiculeces con Laura, que se ríe, pero de otra cosa. Llegamos a Catedral exhaustas, apuradas, evitamos que nos atropelle un 29 con la mayor de las elegancias y finalmente nos despedimos con besos dados al aire, tipo divas de antaño pero con amor verdadero.

No hay comentarios.: