miércoles, 22 de octubre de 2008
Por momentos quisiera...
...sufrir un trauma cerebral que me cause amnesia anterógrada para ir por la vida como protagonizando Memento o no, no, mejor conocer al Dr. Howard Mierzwiak y pagarle uno de sus tratamientos o no, no, mejor ser Lucy Whitmore o no, no, mejor nada de todo eso o no, no, no sé.
lunes, 20 de octubre de 2008
Cuando yo tenía un cuarto todo rosa con lila y cortinas de flores
un día pinté una pared de rojo
y en las otras puse pósters
empecé a dejar de ser una que era
y fui otra que me dejó secuelas
tenía un radiograbador gris lleno de botones
usaba una remera negra que decía sweet daddy
toda rota
tan maltrecha
me corté el pelo
me puse un pantalón
de corderoy marrón
un anillo de plástico
en el dedo pulgar
y unos borcegos
bastante feos.
En mi cuarto el otro,
ese que daba a dos terrazas
solía tener cosas
como muchos libros
una mesa larga para dibujar
baño rosa en suite
la puerta que cerraba mal,
enorme placard
escalón desnivel
colchón en el piso
un novio lindo y bueno
que ya no tengo más.
y en las otras puse pósters
empecé a dejar de ser una que era
y fui otra que me dejó secuelas
tenía un radiograbador gris lleno de botones
usaba una remera negra que decía sweet daddy
toda rota
tan maltrecha
me corté el pelo
me puse un pantalón
de corderoy marrón
un anillo de plástico
en el dedo pulgar
y unos borcegos
bastante feos.
En mi cuarto el otro,
ese que daba a dos terrazas
solía tener cosas
como muchos libros
una mesa larga para dibujar
baño rosa en suite
la puerta que cerraba mal,
enorme placard
escalón desnivel
colchón en el piso
un novio lindo y bueno
que ya no tengo más.
domingo, 19 de octubre de 2008
Boludeces de una
…que la idea de dejarse morir vuelva, ronde, se le ocurra otra vez a los que están tan cerca justo ahora que hay peligro de empatía y el parlamento ese de "dejate de joder, qué pésimo plan" suene ahora de mi boca tan mal actuado... BUENO, se me hace poco casual, como el pasado, que también vuelve aunque no lo haya invitado, se me cuela en los sueños y genera primero nostalgia, después miedo y al final... nada. Nada. Nada de nada. Que hoy no sea nada, que de ellos ya no quede nada, nada de ellos, ellos, los que pensaron antes que nosotras que la idea era buena, ellos, tontos que extraño tanto y que ya no son nada, apenas momentos fuera del tiempo, o imágenes de algo que podría pasar y no pasa porque ya no son más nada. Hay tanta nada. Mucha nada y una sola idea que golpea la puerta aunque no esté invitada, una sola idea que se mete en los pensamientos otra vez como si nunca hubiera sido echada, como si otra vez una fuera aquella otra que ya fue, como si la hermosa meseta de salud mental en la que se declaró a esa idea non grata llegara a un abrupto final y, así y todo, otra vez está acá, tan familiar, tan horrible, tan amable y permeable, como una vieja amiga que me reencontrara por feisbuc diciendo cosas tipo "hola, te acordás de mi, nos conocimos cuando tenías 13, fui con vos a la secundaria, estuve ahí cuando dejaste la facultad y aunque hace tanto que no nos vemos te me apareciste de pronto, te recordé, te extraño, te quiero de vuelta y se viene un gran reencuentro, ya creé un grupo y se anotaron varios, sí... esos que ya sabés". No, no sé nada. Una no sabe qué hacer para parar y entonces no para, sólo parece que para pero no, para qué mentir. Mentir para parar. Para parar. Para-pa-pa-pa-puá.
viernes, 17 de octubre de 2008
Del gran libro de los Dixits, otra pequeña muestra
(viene de acá)
“Pará de sobreactuar la buena onda”. Mechi.
“El organizador de zapatos es genial, por unos minutos te hace realmente feliz”. Nicoleta.
“Hablando de sofás camas, reapareció mi ex”. Camila.
“Llega un momento en el que hasta una deja de boludear”. Danixa.
“Con esa chica está todo bien, pero ya me está cayendo mal”. Otra Mechi.
“Suelo ser extra en los sueños de varios”. Sonia.
“Son como Paty y Selma resucitadas por el amor: fumando, malhumoradas, pero con esa actitud de ‘no puedo creer tanta felicidad’". Lu.
Bonus track dialoguitos:
Danixa says:
yo quiero que él me diga hola nena, repitamos
Camila says:
y yo quiero ser una imponente sueca de pechos enormes
*
Giselle: yo soy una gran seguidora de Lorena
Danixa: ¿Bobbit?
Giselle: Claro, es mi ídola.
“Pará de sobreactuar la buena onda”. Mechi.
“El organizador de zapatos es genial, por unos minutos te hace realmente feliz”. Nicoleta.
“Hablando de sofás camas, reapareció mi ex”. Camila.
“Llega un momento en el que hasta una deja de boludear”. Danixa.
“Con esa chica está todo bien, pero ya me está cayendo mal”. Otra Mechi.
“Suelo ser extra en los sueños de varios”. Sonia.
“Son como Paty y Selma resucitadas por el amor: fumando, malhumoradas, pero con esa actitud de ‘no puedo creer tanta felicidad’". Lu.
Bonus track dialoguitos:
Danixa says:
yo quiero que él me diga hola nena, repitamos
Camila says:
y yo quiero ser una imponente sueca de pechos enormes
*
Giselle: yo soy una gran seguidora de Lorena
Danixa: ¿Bobbit?
Giselle: Claro, es mi ídola.
jueves, 16 de octubre de 2008
Rándom ruidos
El después de la tele que ffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffffff, el teclado siendo apretado, el ventilador de la compu que arranca, hay alguien al chat, los dedos índice y anular contra el escritorio, un glic aislado de una gota en el baño y un golpe que suena en la terraza como si alguien martillara algo lentamente pero no es posible porque son las dos de la mañana.
martes, 14 de octubre de 2008
Queriendo morir por ser el cliché de mi cliché
Habrá sido la divina tarde de sol, la caminata amena por antiguos barrios en los que ya juego de visitante y seguro que también influyó mucho el momento que pasé sentada en un jardín-oasis en el que había un colibrí que parecía insertado digitalmente pero no, estaba realmente ahí. Calculo que fue la suma de esas cosas, más el café con leche que tomé más tarde en un bar todo de madera, sentada al lado de la ventana, mientras veía caer las primeras gotas de lluvia.
Por todas esas cosas fue que terminé de creer que sí, que yo llevo adelante la trama de una película indie, así que con mi mejor cara de Ana Pascal me metí al subte. Martes, hora pico. La música incidental se puso más intensa, la cola para sacar el elemento antes conocido como “ficha” era larga pero yo, como les suele pasar a los protagonistas de las historias que ven los otros, no escuchaba el soundtrack fatalista. Y entré en la pesadilla.
No fue tan grave el primer tramo. Y ahora, ya en casa bebiendo mi jameson en vasito pequeño, puedo llegar a darme cuenta de que el hecho de haber ido sentada leyendo una hermosa novelita de Carson Mccullers fue determinante para que tomara la pésima decisión que terminé tomando y torció mi ideal en celuloide a una cinta clase b, casi gore.
No seguí hasta la terminal donde suelo combinar con un colectivo, como hago cuando estoy apurada o en casos extremos. No. Me creí que realmente todo iba a seguir en el mismo plan de encantadora tarde y combiné con línea c para ir hasta san juan, porque me pude ver a mí misma quince minutos a futuro caminando al ritmo de la llovizna por humberto primo y me pareció genial, muy cinematográfico, ideal para una chica como yo.
Pero no. Ahí estaba yo, después de esos quince minutos, aún atorada en una escalera que lleva a la gente entre subtes, tratando de sacarme el ponchito negro, enajenada y disociada; muerta de calor. Movida por el espanto que provoca la velocidad con la que suceden las cosas, la realidad me puso una piña: yo era más parecida a una de las víctimas de freddy kruger que a cualquiera de las heroínas indies que pretendo ser.
Corte directo a interior de vagón. Después de que pasaran dos formaciones en las que la gente se metió a presión y que Danixa dejó pasar por una absoluta falta de bravura urbana que la petrificó ahí en la franja pintada de amarillo en el suelo, encontramos a nuestra heroína haciendo fuerza con un brazo para que los que ahora se siguen metiendo a presión no la revienten contra el vidrio de la puerta que da a las vías (que-por-dios-no-se-debería-abrir) y la dejen igual que uno de esos bichos que se estrellan contra los radiadores de los autos, autos como los que ella, la chica que se cree indie, no tiene y por eso está ahí, sudando en una lata que va a toda velocidad, teniendo contacto físico con centenares de extraños.
*Mi temor más grande durante toda la experiencia: Que de tanto ser empujada se me revienten las dos bolsas llenas de cremas caras recientemente compradas, a las que abrazo y protejo como una leona cuidando a su cachorro recién nacido.
*El colmo de mi ridiculez durante toda la experiencia: Mientras un chico con aliento a choripan me sonríe galante a un milímetro de mi cara y un tipo de barba con olor a paco rabanne se apachurra contra mis muslos, tengo tiempo de pensar una frase compleja y rebuscada como “esta es una situación urbana extrema que debería poder manejar, si no lo logro soy muy débil o debería irme ya mismo a vivir al campo”.
Por todas esas cosas fue que terminé de creer que sí, que yo llevo adelante la trama de una película indie, así que con mi mejor cara de Ana Pascal me metí al subte. Martes, hora pico. La música incidental se puso más intensa, la cola para sacar el elemento antes conocido como “ficha” era larga pero yo, como les suele pasar a los protagonistas de las historias que ven los otros, no escuchaba el soundtrack fatalista. Y entré en la pesadilla.
No fue tan grave el primer tramo. Y ahora, ya en casa bebiendo mi jameson en vasito pequeño, puedo llegar a darme cuenta de que el hecho de haber ido sentada leyendo una hermosa novelita de Carson Mccullers fue determinante para que tomara la pésima decisión que terminé tomando y torció mi ideal en celuloide a una cinta clase b, casi gore.
No seguí hasta la terminal donde suelo combinar con un colectivo, como hago cuando estoy apurada o en casos extremos. No. Me creí que realmente todo iba a seguir en el mismo plan de encantadora tarde y combiné con línea c para ir hasta san juan, porque me pude ver a mí misma quince minutos a futuro caminando al ritmo de la llovizna por humberto primo y me pareció genial, muy cinematográfico, ideal para una chica como yo.
Pero no. Ahí estaba yo, después de esos quince minutos, aún atorada en una escalera que lleva a la gente entre subtes, tratando de sacarme el ponchito negro, enajenada y disociada; muerta de calor. Movida por el espanto que provoca la velocidad con la que suceden las cosas, la realidad me puso una piña: yo era más parecida a una de las víctimas de freddy kruger que a cualquiera de las heroínas indies que pretendo ser.
Corte directo a interior de vagón. Después de que pasaran dos formaciones en las que la gente se metió a presión y que Danixa dejó pasar por una absoluta falta de bravura urbana que la petrificó ahí en la franja pintada de amarillo en el suelo, encontramos a nuestra heroína haciendo fuerza con un brazo para que los que ahora se siguen metiendo a presión no la revienten contra el vidrio de la puerta que da a las vías (que-por-dios-no-se-debería-abrir) y la dejen igual que uno de esos bichos que se estrellan contra los radiadores de los autos, autos como los que ella, la chica que se cree indie, no tiene y por eso está ahí, sudando en una lata que va a toda velocidad, teniendo contacto físico con centenares de extraños.
*Mi temor más grande durante toda la experiencia: Que de tanto ser empujada se me revienten las dos bolsas llenas de cremas caras recientemente compradas, a las que abrazo y protejo como una leona cuidando a su cachorro recién nacido.
*El colmo de mi ridiculez durante toda la experiencia: Mientras un chico con aliento a choripan me sonríe galante a un milímetro de mi cara y un tipo de barba con olor a paco rabanne se apachurra contra mis muslos, tengo tiempo de pensar una frase compleja y rebuscada como “esta es una situación urbana extrema que debería poder manejar, si no lo logro soy muy débil o debería irme ya mismo a vivir al campo”.
domingo, 12 de octubre de 2008
Hace mucho que no
Me pasaba al inicio de los tiempos de este living que escribía así en un plan muy rándom y era tan novedoso eso de que me leyeran tantos anónimos que en un punto dejaban de serlo que no podía evitar la sensación de eterna iluminación.
Y me pasaba en esa época también que estaba como a flor de piel, en una especie de carne viva, montada en una inspiración pragmática de sentir y transcribir a la que me acostumbré, que pasó a ser tan cotidiana que dejó de sorprenderme y ahora no sé. Escucho R.E.M., por ejemplo, y me vuelve esa suerte de sensación de querer contar trivialidades al tuntún, como que hay canciones que me llevan a pasados lindos de recordar y otras que me arrastran a pantanos insoportables y que happy shiny people me pone happy, me hace sentir más shiny.
Me acuerdo que antes solía comentar canciones acá. Yo soy de comentar canciones cuando hablo arrebatada de cosas que me apasionan, como borracha, puedo gritar, tapar al otro y lanzarme a hacer declaraciones como que me gustan, de modos muy distintos, dos Elvis: Presley, claro, y Costello.
Es Elvis Costello el que me lleva a El-bis-cochuelo, que a la vez me arrastra a esos lugares a los que no quiero volver, pero también me vuelve a traer a less than zero en formato canción, en versión novela reveladora con titulo homenaje, en forma de viaje que sí me gusta hacer y hago. Oh, anteojos, ay.. my aim is true.
Pero ahora en casa suena el otro y es Presley el que me canta are you lonesome tonight y me pregunto si es una pregunta y decimos, recitamos, casi cantamos a duo honey, you lied when you said you loved me y ya, otra vez llego a donde quisiera no llegar y son tantos los caminos que ya no quiero volver a pisar que me agoto de pensar.
Ayer Malena me dijo, o yo le dije a ella, no importa, que basta de vivir anécdotas bizarras que me van a ayudar a escribir una gran novela, que yo ya vivo en una constante epifanía y que quisiera dejar de protagonizar tantas ridiculeces, que no necesito más hechos para narrar, que basta de eso dijimos. Que basta de eso dije, digo.
Hace mucho que no escribía acá algo tan largo. Hace mucho que no escribía acá algo tan en tono de estúpido diario. Hace mucho que no estaba otra vez así en carne viva, tocada por las canciones que escucho, movida por las imágenes que me asaltan, hinchada de aromas que respiro y repleta de frases que dije, me dijeron o que voy a decir.
Y nada, eso.
Y me pasaba en esa época también que estaba como a flor de piel, en una especie de carne viva, montada en una inspiración pragmática de sentir y transcribir a la que me acostumbré, que pasó a ser tan cotidiana que dejó de sorprenderme y ahora no sé. Escucho R.E.M., por ejemplo, y me vuelve esa suerte de sensación de querer contar trivialidades al tuntún, como que hay canciones que me llevan a pasados lindos de recordar y otras que me arrastran a pantanos insoportables y que happy shiny people me pone happy, me hace sentir más shiny.
Me acuerdo que antes solía comentar canciones acá. Yo soy de comentar canciones cuando hablo arrebatada de cosas que me apasionan, como borracha, puedo gritar, tapar al otro y lanzarme a hacer declaraciones como que me gustan, de modos muy distintos, dos Elvis: Presley, claro, y Costello.
Es Elvis Costello el que me lleva a El-bis-cochuelo, que a la vez me arrastra a esos lugares a los que no quiero volver, pero también me vuelve a traer a less than zero en formato canción, en versión novela reveladora con titulo homenaje, en forma de viaje que sí me gusta hacer y hago. Oh, anteojos, ay.. my aim is true.
Pero ahora en casa suena el otro y es Presley el que me canta are you lonesome tonight y me pregunto si es una pregunta y decimos, recitamos, casi cantamos a duo honey, you lied when you said you loved me y ya, otra vez llego a donde quisiera no llegar y son tantos los caminos que ya no quiero volver a pisar que me agoto de pensar.
Ayer Malena me dijo, o yo le dije a ella, no importa, que basta de vivir anécdotas bizarras que me van a ayudar a escribir una gran novela, que yo ya vivo en una constante epifanía y que quisiera dejar de protagonizar tantas ridiculeces, que no necesito más hechos para narrar, que basta de eso dijimos. Que basta de eso dije, digo.
Hace mucho que no escribía acá algo tan largo. Hace mucho que no escribía acá algo tan en tono de estúpido diario. Hace mucho que no estaba otra vez así en carne viva, tocada por las canciones que escucho, movida por las imágenes que me asaltan, hinchada de aromas que respiro y repleta de frases que dije, me dijeron o que voy a decir.
Y nada, eso.
sábado, 11 de octubre de 2008
simple:
anoche soñé con vos y hoy no me quería despertar.
viernes, 10 de octubre de 2008
*
“soy sólo una chica”
y todo me parecía tan WOW
así que pasillo, alfombras
cantaba y me bañaba
“cuál es mi destino”
gritaba y desayuno
almohadas muy caras
que afortunada soy
soy sólo una chica
en el mundo
y todo me parecía tan WOW
así que pasillo, alfombras
cantaba y me bañaba
“cuál es mi destino”
gritaba y desayuno
almohadas muy caras
que afortunada soy
soy sólo una chica
en el mundo
Fantasías animadas de ayer y hoy presentan:
Dormir con lo puesto, la plaqueta de nuestra querida Mechi Halfon.
Allá vamos, bien vestidas, a escuchar cómo lee algunos de sus poemas.
jueves, 9 de octubre de 2008
Días de hotel
El baño es tan, pero tan lujoso que no
no encuentro los inodoros, no.
Ustedes sí, ustedes tienen
músicas determinadas y a mí,
en distintos lugares de mí,
de diversas formas,
variadas maneras,
me cierran todas.
no encuentro los inodoros, no.
Ustedes sí, ustedes tienen
músicas determinadas y a mí,
en distintos lugares de mí,
de diversas formas,
variadas maneras,
me cierran todas.
miércoles, 8 de octubre de 2008
VI
Mar y verde
miro seria
acá, acá atrás
de estas gafas
este pelo
con flequillo.
Y otra vez el suelo
se hace cielo.
miro seria
acá, acá atrás
de estas gafas
este pelo
con flequillo.
Y otra vez el suelo
se hace cielo.
martes, 7 de octubre de 2008
V
Te imagino en esta situación
de declaraciones juradas
cambiando de avión
en diversas aduanas.
Yo sé lo que hacés,
siempre ponés,
que no tenés,
nada.
de declaraciones juradas
cambiando de avión
en diversas aduanas.
Yo sé lo que hacés,
siempre ponés,
que no tenés,
nada.
lunes, 6 de octubre de 2008
IV
infrinjo la ley
en panamá
y me tabaco
en un baño
mientras pienso
cómo hubiéramos hecho
más interesante
este acto polémico.
fumo encerrada
como a los quince
el estrés y la música
funcional al recuerdo
reconquista y rock
pienso y soy
acá estoy
pienso en soy
en panamá
y me tabaco
en un baño
mientras pienso
cómo hubiéramos hecho
más interesante
este acto polémico.
fumo encerrada
como a los quince
el estrés y la música
funcional al recuerdo
reconquista y rock
pienso y soy
acá estoy
pienso en soy
domingo, 5 de octubre de 2008
Le decimos "no"
Basta de cadenas de mails que comienzan con "Yo no creo en esto y jamás lo hago, pero..."
There is no but in this. Just stop.
There is no but in this. Just stop.
II
A kilómetros de altura
por miedo a caer
gracias a eso
soy como quiero ser.
A dos dedos de liquidar
el whisky clase turista
es un vaso de acrílico
me pongo a pensar.
A segundos de aterrizar
no te vas a materializar
y yo, como siempre
apago la mente.
por miedo a caer
gracias a eso
soy como quiero ser.
A dos dedos de liquidar
el whisky clase turista
es un vaso de acrílico
me pongo a pensar.
A segundos de aterrizar
no te vas a materializar
y yo, como siempre
apago la mente.
sábado, 4 de octubre de 2008
I
Como que ni te das cuenta
pero las cosas de pronto
se hacen híper, súper, plus
diminutas.
El suelo ya no está más
y un leve mareo te acuna
las nubes
tapan
todo.
Peinamos el cielo
con los oídos obturados:
Nombrar el horizonte
sería demasiado.
pero las cosas de pronto
se hacen híper, súper, plus
diminutas.
El suelo ya no está más
y un leve mareo te acuna
las nubes
tapan
todo.
Peinamos el cielo
con los oídos obturados:
Nombrar el horizonte
sería demasiado.
jueves, 2 de octubre de 2008
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