Esa última frase que convierte una velada casi idílica en otra vez sopa y después insomnio, mini malestar y blá, me hace pensar en la cantidad de veces que usé las palabras "malestar" y "bienestar" en los últimos días.
Darse cuenta de que empieza a llover porque ves que se le moja el pelo a la gente desde la ventana del bar, tener tazas grandes para el café, cambiar de opinión, hablar de enfermedades y recomendar mejores formas para conseguir bienestar.
Roto para lo sano.
Tantas vueltas nos podrían marear.
A veces hay que salir a la calle.
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