lunes, 10 de agosto de 2009
Café negro sin leche ni azúcar ni edulcorante ni nada más que café negro amargo y delicioso que se acomoda en el paladar, hace tobogán en la garganta
y le da sentido a la mañana que termina demasiado rápido y de pronto ya es mediodía y una está planteándose seriamente que eso de levantarse todos los días a las seis estaría muy bien y lo planea, anota actividades en su agenda a las siete y media del día siguiente y aunque le encantaría lograrlo sabe que no lo va a hacer porque lo que le pasa es la cafeína, sustancia que la endiabla un poco y le despierta más ímpetu del que puede manejar real-real la gusana de siempre que sigue siendo una aunque tome una taza china llena de café negro delicioso sin leche ni azucar ni nada.
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