jueves, 6 de agosto de 2009
Borracha un jueves a las diez y veinte, pasa el whisky sin esfuerzo por la garganta, se prende sola la pipa, suena música aunque nadie puso play
y una va danzando internamente a hacer la comida que se quema, pero no importa porque sólo se cena para tener derecho a un postre.
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