Carapachay y después nos soñamos
en otras épocas imaginamos
una noche en ese hotel no
podemos evitar pensar en
tener un perro blanco
gigante
casi feroz.
Lo dejamos correr por el parque grande.
Todo lo que queremos es asomarnos a la galería
ver pasar los navíos enceguecidos por el sol de la tarde
cortar una margarita y decir frente al río marrón
"Oh, mai... aim exausted. Lets jav sam tiii, mai dear".
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