Tengo la suerte de sentirme propia en familia ajena. Pasa con pocos, pero es real. Sucede ahora. Todos de visita en lo de Martha, con H, porque guidetti se va: chau Manolo. Y madre coraje dice: "Vos tené en cuenta, Daniela, que podés tener novio, marido, amante o lo que quieras, pero no tenés que rendirle cuentas a nadie, nunca", y se toma el anís. Titi toma anís. Bruno tiene moto y me acuerdo tanto de Norberto, viene el día del padre y él está en fotos y anécdotas.
El reality de la cámara de seguridad del palier y el ascensor que parece el enterprise. Acá todos me retan por cariño. Me gusta eso. Decido dejar notas por donde quiera que vaya y empiezo ahí, en esa casa familiar de mi amigo el serial killer, que tiene diez remeras iguales y pares de medias con copia.
La charla versa sobre esas cosas que hacíamos en la secundaria y todas las anécdotas piden palabras que atrasan, como "casette", ese que le grabaste a la chica obsesivamente y entonces.
-Eso es amor.
-No, es un montón de tiempo libre.
Pedimos helado, tomamos Chivas Regal. Chocolate amargo, naranja con durazno y dulce de leche granizado. Odio el dulce de leche pero me lo como porque estoy cómoda y feliz. "Los mejores helados y pizzas están en Buenos Aires", decimos. Discutimos el issue "pizza", entran en competencia Güerrin y un lugar en el sur de Italia. Empatan. No, no se sabe. A mi me importa un huevo si mañana trabajo y Titi toma anís, así que dice.
-Cuando consiga el marido del millón de dólares...
-¡Qué buen proyecto!
-No, Guido, explicale que ese hombre de verdad existe.
Juá. "Bolas de fuego era pura música", decís. Te quiero, amichi. Escuchamos Los Abuelos de la Nada y es tan bueno. El reloj corre para adelante y reclamo tu regreso. No podés vivir acá, no podés y lo sé más que bien. Sería demasiado ideal y la vida no es así de ideal. Vemos Blade III y te cuento la trama, decido salir a buscar un taxi en plena madrugada y decís "cuidate, nena". Yo explico "soy de Urquiza y esto es Barrio Norte, relax, pebete". Pero retrucás con "cuidate, dije". Y dijiste. Me fui.
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