lunes, 20 de agosto de 2007

Amor copypaste


De pronto uno se relaciona tanto por mail, GTalk, Twitter… que comienzan a existir nuevas conductas. Es un pecado posmoderno, una especie de evolución tecnológica pero romántica de las cartas manuscritas y notas cotidianas enviadas por mensajeros y/o correo postal que rigieron los vínculos hasta mil novecientos y pico que ahora vuelven, a mi gusto, mejoradas.
Me encanta esto de hablar en vivo, pero también necesito el por escrito; discutir ideas con otro epistolarmente. Rotunda y definitivamente siento que cada día hay más herramientas que suman, que aportan y, como todo queda en la inteligencia de quien las usa, me relajo y disfruto, participo activa y me dejo atrapar gustosamente en la eterna relectura de diálogos: maravilla que permite esta charla virtual continua.
Y de pronto, un mini gesto como encontrar una perla en el discurso del otro, seleccionarla, hacer copy y trasladarla con un paste a una respuesta de chat, de mail, a un Twitt a la vista de todos o, por qué no, a un post en mi page pasa a ser una demostración de cariño tan inmensa, como un “te quiero” tácito que sólo podría existir hoy, que de pronto uno se relaciona tanto por mail, Gtalk, Twitter… Esto es un loop: por cierto, se llama amor copypaste.

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