viernes, 10 de noviembre de 2006
Mis hermanas
Una escribe poemas que hablan de tu, otra se hizo varios tatuajes dudosos y la tercera, la muy turra, es tan amorosa como violenta. Cuando nos juntamos a charlar, y fumamos miles de cigarros y tomamos cafecitos, ya no importan el dark, la cumbia, los amigos artísticos ni los libros leídos y las películas vistas. Está el humo, hay cacareo constante, se llena la terraza de risas grotescas y eso, por un rato, es más que suficiente.
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