viernes, 26 de septiembre de 2003

En el medio no hay nada

Cuando las minas son perras
a) me caen de reputísima madre
b) las detesto todo mal

Si no son perras me aburren y no me interesan como amigas.

Conclusión: conjugado esto con mi odio patológico hacia la humanidad, tengo pocas amigas, muy pocas. Eso sí: las que hay, son lo más de lo más y, por supuesto, bien perras (como una).

Con respecto al resto: A las sin sal... si estoy de buenas les sonrío vacíamente o, sino, las ignoro con amable indiferencia. Ahora, a esas perras ajjjjjquerosas... les hago el mal. Y no, para eso no tengo ni moral ni alma ni culpa ni nada. Ojito.

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