viernes, 26 de marzo de 2010

Te cuento una peli re vieja que volví a ver ayer porque es hermosa y además me gusta hablar de cine con vos

Primavera:
El niño le ata una soga con una piedra a una serpiente y la mira arrastrarse con esfuerzo. Sonríe. Después le hace lo mismo a una rana, que queda atrapada entre unas rocas enormes, y ríe. Al final encuentra un pez diminuto, al que también le ata una piedra. El pez nada igual, avanza en el lago transparente y el niño suelta carcajadas. No hay nada más lindo que un mini coreano riendo así, no hay nada más hermoso que ese paisaje calmo y, sin embargo, todo es un poco siniestro. El maestro observa en silencio, desde lejos.
Se hace de noche y el niño se duerme. El maestro va y le ata con cuidado una piedra en la espalda a su discípulo. A la mañana, el niño sale de la casa y dice “maestro, sáqueme la piedra, por favor" y el maestro le pregunta: "¿Te atormenta?". "Si". "Caminá". "No puedo, es muy pesada". "¿Acaso no le hiciste eso a una serpiente, una rana y un pez?". "Sí". "Bueno, buscalos, liberalos de sus piedras y, después, yo te libero a vos".
Peligro de ahogarse y obediencia, el niño sube a la canoa tambaleándose y rema hasta donde estaba el pez. Lo encuentra muerto y ya no se ríe. El niño está serio, lo entierra y reflexiona frente a la tumba. Después el niño se mete al agua y se arrastra con el peso de su piedra, pero encuentra a la rana, viva, y la libera. La mira esconderse entre las rocas enormes. El maestro observa en silencio, desde lejos.
Ahora hay que buscar una serpiente. Con la piedra en la espalda, el niño sube una colina y con ese peso se mete entre los pastos y avanza. La encuentra destrozada, con la piedra aún atada. Algún animal aprovechó su imposibilidad de huir y mató a la serpiente. Entonces, finalmente, el niño llora. Llora con un desconsuelo infantil que es desgarrador. No hay nada más triste que un mini coreano llorando así, no hay nada más siniestro que ese paisaje sangriento y, sin embargo, todo es un poco hermoso. El maestro observa en silencio, desde lejos.
Al llorar, vemos que al niño le falta un diente de abajo y adivinamos que debe tener unos seis años.

Otro día, por ahí te cuento Verano.

2 comentarios:

Maestro Yamamoto dijo...

A uté re fárta diciprina!!

¿Sabía usté que rho japonese no pronuncian ra rhetra "L", a diferencia de rho chino?

(De rho coreano, maestro no tiene ni rha má puta idea)

Anónimo dijo...

verano te lo cuento yo, pero después vos vas con otoño. Invierno y la otra primavera vamos viendo.

KKD