viernes, 2 de enero de 2009

*

parar y arrancarse la piel de los dedos para no

pensar es un ejercicio inevitable y la piel

no quiere salir de su adherencia al hueso,

se estira hasta el dolor y vuelve,

hace clic

como una,

y todo es esa acción

es ese instante

que no

debería

haber

existido.

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