jueves, 4 de septiembre de 2008

Sobre las tardecitas en casa

Cada vez que abro el puto cajón de la mesita de luz en busca de mi relajación del día me choco con tu estúpido encendedor y lo veo. Naranja, barato, igual al rosa mío que te llevaste a cambio. Cada vez que abro el cajón de mi estúpida mesita de luz se me estruja el puto corazón. Hace años que no anda y sigo sin tirarlo. Vos sos un encendedor barato y yo un corazón con mesita de luz.

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