Sheella de a poco iba tomando una y otra copa de martini dry dedo meñique levantado y cuello siempre en su lugar. Dice que eso pasaba en el bar del Ritz, allá nomás ahí en París. "Yo entré bien erguido, miré las mesas, busqué amigos. No me daba para pagar, tanta cena en ese lugar".
Comida esplendorosa, delicias bien jugosas.
"Pasé caminando como una guerrera, atravesé el salón a puro garbo y porque quería dejar huella, agarré y les pishé en ese maravilloso baño".
Anécdotas como esa se despatarran en la mesa drag queens-Audrey Hepburn-diamantes robados de Tiffany's-Uma Thurman, mi prima-astrología y el vino,
tinto que se tiende a evaporar.
(*) Para Camilo, del Clardige hasta acá
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