Hay un perro que duerme en el vagón del subte cé, ese que viene de constitución y tiene olor a pish, el que va a retiro y te lleva a zonanorte. El perro
es negro y dorado su pelo sedoso, como el símil terciopelo del asiento en el que me siento, que es azul y reconforta, vagón que avanza por debajo de la ciudad que todos caminan, en la que mendigan. Y entonces entrar,
la gente teletransportar
enterprise a tigre y ver
por las ventanas pasar
otro lugar
que refleja la noche,
las vías,
las luces.
Qué lejos está aquel linyera que duerme
debajo de un cartel a la intemperie
como el perro
acá a unos metros
tan lejos
que duele.
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