No fue con mi noviecito el psicópata ni con mi ex marido el complicado, tampoco con el chongo ese que se sabe tan hermoso y de ninguna manera con el chico que no se termina de animar a festejarme. No.
La relación más histérica de mi vida, lejos, es la que tengo con mi plomero.
Gasista, perdón, José, no te enojes.
Te espero chorreando.
Literal.
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