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miércoles, 23 de enero de 2008
¡Quiero una remera con la foto de la mujer biónica levantando un auto!
Vino uno y me dijo "che, te pareces a Lindsay Wagner" y entonces WOW, me inundó una catarata de imágenes, todas made in La Infancia. Yo veneraba a La Mujer Biónica. Ella: una maestra que escribía en el pizarrón dado vuelta a toda velocidad, la súper heroína flacucha. Así rubia, mini sosa, siempre despeinada... Como yo. Y yo que corría en cámara lenta a todas partes, y yo que quedaba fascinada cuando aparecían los androides esos a los que les sacaban la cara y se les veían los circuitos. La presentación. Ese mapa de un cuerpo al que le iban completando las partes que eran biónicas. Oído (me acuerdo el ruido) y brazo derechos, más las dos piernas. Ay, y esa pequeña cicatriz en el labio, arriba, que me dejaba como prendada. Yo jugaba a que era Jaime Sommers, yo fui Jaime Sommers hasta los 12 y ahora vino uno y me dijo.
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