jueves, 7 de junio de 2007

About Willy (entrega 2)

Yo decía, a quién quisiera oír (y también a los que no), que Willy tenía cara de zorrino feo, que el pelo largo en los 90 para mí ya era un cliché, que esos rulos marrones eran un verdadero asco, que el pulóver punto inglés daba por demás “jipón”. Decía, por supuesto que a él también, que por todas esas cosas no me interesaba y, por todas esas cosas, era de entenderse: jamás le devolví una sonrisa ni le tiré más onda que mi mala onda. Habitual. Nunca-nuca fui de las que le pidieron besos. Ob-via-mente.

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