"Nadie me puede seguir el tren"
porque también, si quiero, puedo ser poeta y leo
mis cosas en un bar de San Telmo. O en algún centro cultural.
Tengo amigos publicados y mis prosas envuelven
huevos cada domingo.
En la puerta de mi casa planté un floripondio
(en mazeta)
y
hace unos años se me ocurrió parir un hijo.
Casi casi.
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