martes, 3 de octubre de 2006

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Era la nada, que me atrapaba sin remedio. La nada misma, que me hacía tanto daño. Horas y horas encerrada en ese lugar, minutos tan valiosos que se volvían monstruosamente eternos. Hace un año y monedas yo era otra persona, con distintos colores. Mejores colores. Ahora me plagio a mí misma y, para no perecer del todo, imito a la chica que solía ser. No me sale muy bien. Me extraño a mí. Por sobre todas las cosas me echo de menos porque, aunque sea triste de reconocer, me he hecho de menos.

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