Le gustan mis bombachas preferidas (la negra y la blanca) y le gusta inventar nombres idiotas para la comidas ("delicias pampeanas en un colchón de hojas verdes"). Le gusta el cine pero no entiende nada, ni siquiera vio Delicatessen. Se asombra con mis idioteces más cotidianas y cree que soy re moderna.
Le gusta traer comida para que yo la cocine (delicias marítimas embebidas en cítrico con maravillas de la huerta) y le gusta que use polleritas ("dejatela puesta"). Le gusta leer pero tarda mucho con cada libro, me calificó de novedad El perfume. Se ríe en medio de nuestras peleas y dice que soy muy rara.
A mí me gusta él. Y no, no somos nada.
Update:
Y llega a su casa y se conecta al chot para saludarme.
Y más después aún:
Se vuelve a conectar y me dice, solo, porque sí, que sigue ahí porque se retrasó el auto y que le gusta el libro que se llevó (Cuentos para tahúres). Se fue a una quinta.
Me gusta que se vaya. Y no, no somos nada.
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