no podía dejar pasar la oportunidad de hacer esta, que propone este ser que finalmente encontré (y contenta estoy de ello, por cierto).
Aquí, mi versión libre de Los 5 libros más cool que me prestaron y no devolví:
Hay libros que llegan de modos extraños y fugaces, como destinados a pasar un rato por mi vida para después irse. Pero a veces, después de terminar de leerlos, es obvio que se tienen que quedar. No quiero devolverlos porque siento un derecho a tenerlos, porque me hechizaron o tocaron el alma de alguna forma y no me parece correcto que se vayan. Es más: considero un derecho inapelable que pasen a poblar mis rincones. Porque no es lo mismo salir a comprarlos legalmente para completar la biblioteca, no. Tiene que quedarse, simplemente, porque es ese el ejemplar que vino, hizo su magia en mi cabeza y es así.
Esta es la lista:
*Entrevista con el vampiro, de Anne Rice: lo estoy leyendo aún, pero sé que no se va a ir de mi casa. La edición es pésima y la traducción una vergüenza, pero ya está, ya se quedó. Nunca pensé que un libro al que anuncian como "grandes bestsellers" iba a decidir quedarse a vivir en mi biblioteca. Claudia, Louis y Lestat, díganle "adiós" para siempre a mi padre, porque se mudan conmigo.
*The Beatiful and Damned, de Scott Fitzgerald: es un libro que me parece tan perfecto y sublime en todos los aspectos, que se me hace imposible elegir algo para destacar. ¿Que quisiera haber vivido en esa época?, ¿que entiendo demasiado a Adam Patch?, ¿que lo transcribiría entero acá mismo?, ¿que obligaría a todos mis amigos a leerlo, si no temiera desencantarme de ellos en el caso de que no lo llegaran a apreciar tanto como yo? Por todo eso, se fue de la casa de Malena y vino a vivir acá, donde es idolatrado como merece.
*Santuario, de William Faulkner: nada, simplemente nunca creí que iba a poder leerlo completo. Y no sólo pude, sino que lo disfruté tanto. Que W.F escribió esta novela sólo para ganar dinero y hoy es considerada una de sus mejores obras, fue un punto de interés... Me gusta la ironía de querer hacer algo pasatista y terminar escribiendo una obra de suma importancia (ojalá me pasara). Y sobre todo, que Mariano haya dicho que este libro "es una mierda", que haya sido malicioso al comentar: "Si andás con insomnio, te va a venir bárbaro"... Este Nobel price se queda en home. Ni hablar.
*Descanso de Caminantes, es la recopilación de diarios íntimos de Bioy: y nada, Bioy y yo tenemos ese vínculo especial, absolutamente unilateral de mi parte, claro (él está muerto y nunca supo de mi existencia). Todas, cada una de sus palabras, están escritas para mí, eso es claro. Entonces, cómo no secuestrar a esta bonita edición de tapa dura para que se quede a pasar el rato sobre mi CPU, para estar siempre a mano... Néstor reclama su aparición con vida y yo le cambio de tema con gracia.
*Juliette, del Marques de Sade: me lo prestó mi papá y me dijo: "Si te salteás las partes políticas, donde dice lo que piensa de la vida, el sexo y la iglesia, está muy divertido" Ja, mi padre es un pajero. A mí me gustó todo, las partes perversamente explícitas, sí, me encantaron, pero tanto como esos interminables monólogos de la madre superiora, esa filosofía maltrecha y retorcida, absolutamente lúcida y deforme a la vez. Y se queda acá porque papi se puede arreglar con el canal Venus, porque me da risa que él me lo haya dado y, sobre todo, porque merece vivir en mi casa.
Por cierto... ODIO que no me devuelvan libros que presto. No suelo prestar libros, in fact.
PS: Y Lolita, de Vladimir Nabokov: ese lo leí hace mil años y se quedó en casa. Después, el dueño me lo sacó un día que vino de visita y, como merece vivir conmigo, le devolví la visita y la cortesía. "Lo-li-ta: la punta de la lengua emprende un viaje de tres pasos desde el borde del paladar para apoyarse, en el tercero, en el borde de los dientes. Lo.Li.Ta." Prueben hacerlo, es así.
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