Losélosélosé: tengo muy pocas pulgas.
Hoy tuve dos oportunidades concretas y otra virtual de comprobarlo y me dí cuenta de algo revelador: me parece bien.
Estoy orgullosa de haberle dicho a esa vieja que deje de susurrar por lo bajo lo que creía entender sobre lo que yo estaba diciendo, porque estaba muy, muy lejos de captar el concepto. "Deje de susurrar idioteces, señora, por favor y escuche bien".
Estoy muy conforme de haber mirado con indiferencia y dejar gritando sola en una esquina a una estúpida-fóbica que no se animó a entrar a un lugar a buscarme sólo porque un portero le pidió su nombre. "¿Te recomiendo un centro de ayuda psicológica?".
Y la verdad es que no me da culpa haber borrado un comment (tampoco me da orgullo, eh: simplemente me chupa un huevo).
Lo escencial es mantener la elegancia, que acabo de chequear en el espejo y sí, sigue intacta.
Gracias mal genio por ser mi buen amigo.
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