Ven a mí
con tu dulce luz,
alma de diamante.
Y aunque el sol
se nuble después
sos alma de diamante.
Cielo o piel,
silencio o verdad,
sos alma de diamante.
Por eso ven así con la humanidad,
alma de diamante.
Aunque tu corazón recircule,
siga de paso o venga,
pretenda volar con las manos,
sueñe despierto o duerma...
...o beba el elixir
de la eternidad.
Sos alma de diamante,
alma de diamante.
Bien aquí o en el más allá,
sos alma de diamante.
Y aunque este mismo sol
se nuble después,
sos alma de diamante,
alma de diamante.
(¿cachai?)
1 comentario:
Cacho.
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